La comunicación internacional relacionada con la compra, la venta y las negociaciones puede ser delicada: a menudo, el mensaje que se trata de transmitir no es el que el interlocutor recibe. La confusión aumenta cuando los hablantes nativos de una lengua tratan de comunicarse con colegas hablantes no nativos de esa lengua. Bob Digen e Ian McMaster explican cómo llenar la laguna de la lengua, y presentan su información en un paquete atractivo y convincente. getAbstract recomienda sus conocimientos y consejos a quienes se comunican entre culturas.
¿La lengua de quién?
En Zurich, Suiza, John Simons, profesional de recursos humanos, dio una charla a sus colegas internacionales y empezó así: “Bueno, con lo que quiero echar a andar la rola hoy es con una pregunta. Probablemente no es una pregunta que nos hagamos frecuentemente, pero… aguántenme unos segundos, sigan el rollo. Mi pregunta es: ¿por qué nos molestamos realmente en entrenar a los líderes en nuestra compañía? Si los líderes son natos, no formados, tal vez estamos pasando por alto [que] la contratación, no el desarrollo, es la solución real a nuestras diferencias de liderazgo. Ahora, antes de que mis colegas de L y D decidan lincharme, déjenme explicarles … de dónde vengo …”.
Al terminar su presentación, Simons pidió preguntas, pero ninguno de sus colegas internacionales no hablantes de su idioma hizo preguntas; sólo lo miraron con hostilidad. John sintió que su presentación fue un fracaso y se preguntó: “¿Hablará realmente mi idioma alguien fuera de nuestra sede en mi país?”. Lo hablaban, pero usó un lenguaje idiomático que confundió a su auditorio. Además, habló con oraciones complejas con un vocabulario casual e informal: puso sus necesidades de hablante...
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