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Crítica de la razón pura
Libro

Crítica de la razón pura

Berlin, 1790 Mehr

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Clásico de la literatura

  • Filosofía
  • Ilustración

De qué se trata

La revolución copernicana del pensamiento

Con su Crítica de la razón pura, Immanuel Kant desató una verdadera revolución. El libro dio origen a la filosofía trascendental y provocó un impacto en sus contemporáneos. El filósofo de Königsberg analiza las bases de nuestra capacidad de pensar y llega a la conclusión de que es limitada. A diferencia de muchos filósofos anteriores a él, con su tratado explica que la razón humana no puede responder preguntas como la de la existencia de Dios o del alma o el origen del mundo. Kant presupone el constructivismo moderno cuando afirma que el ser humano solo dispone de posibilidades limitadas (como si fueran unas gafas) para percibir la realidad. Kant quería reconciliar el empirismo con el racionalismo a través de su filosofía, pero sus asombrados lectores y sus numerosos oyentes en la universidad se quedaron con la deprimente conclusión de que nunca podrían conocer el mundo “verdadero”. Un lector sin formación filosófica difícilmente tiene la posibilidad de entender a Kant. Y, sin embargo, el intento vale la pena: sin Kant es imposible concebir a filósofos como Hegel, Fichte y Nietzsche o la literatura y las teorías estéticas de los clásicos alemanes.

Resumen

En el campo de batalla de la metafísica

Los seres humanos piensan; eso los diferencia de los animales. Sin embargo, el entendimiento y la razón también traen aparejados grandes problemas: las personas se topan con preguntas que no pueden responder, y cuestionamientos que resultan indispensables (como la interrogante sobre el origen del universo o la existencia de Dios), cuya respuesta les está vedada. Estas son las preguntas que investiga la metafísica, las preguntas acerca de lo que se esconde detrás de los objetos físicos. Todo lo que existe en el mundo es físico. Todo lo que está más allá de él (por ejemplo, el sentido de la vida) pertenece al área de la metafísica (meta = más allá). Esto incluye una pregunta crucial: ¿qué somos capaces de conocer? Los racionalistas acatan el dictamen de la razón, y los empiristas deben experimentar todo antes de considerarlo como verdadero. La Crítica de la razón pura busca reconciliar a estos dos enemigos en el campo de batalla de la metafísica. Su objeto es la prueba (crítica) de las posibilidades de adquirir conocimiento sin basarnos en las experiencias (lo que lo hace puro).

La revolución copernicana...

Sobre el autor

Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg (hoy Kaliningrado) y creció en el seno de una familia de escasos recursos. Su educación se vio muy influenciada por las profundas convicciones religiosas de sus padres. Luego de asistir al colegio secundario en una escuela pietista, Kant estudió, entre otras cosas, matemáticas, ciencias naturales, teología y filosofía. Tras la muerte de su padre en 1746, y para poder alimentar a sus hermanos, abandonó la universidad y se convirtió en docente particular para familias adineradas de los alrededores de Königsberg. Gracias a sus contactos con la nobleza, aprendió los modales de la alta sociedad. Al regresar a la universidad, obtuvo un doctorado y recibió su habilitación con publicaciones en el área de la astronomía y la filosofía. Sus clases en la universidad gozaban de gran éxito. A pesar de ello, en 1758 se postuló infructuosamente para cubrir una vacante en lógica y metafísica en Königsberg. Al mismo tiempo, rechazo ofertas de puestos en Jena y Erlangen debido a su estrecho vínculo con su ciudad natal. En 1770 se abrió una plaza en su área de interés, por lo que recibió un puesto de profesor en la universidad de Königsberg y, por un tiempo, también fue rector de la institución. Durante sus casi 30 años de trabajo en la universidad, Kant llevó una vida estrictamente regulada. Su rutina estaba planeada con extrema precisión, tanta, que se dice que los habitantes de Königsberg podían ajustar sus relojes a partir del programa diario de Kant. En 1781 publicó la Crítica de la razón pura, la primera de sus tres críticas. Puesto que sus tesis se toparon con la incomprensión y el desdén, en 1787 publicó una segunda edición modificada. En 1788 le siguió la Crítica de la razón práctica y, en 1790, la Crítica del juicio. Mientras tanto, las ideas de Kant lograron imponerse: en su vida se publicaron más de 200 textos sobre su obra y hasta los ciudadanos comunes discutían sus ideas en la peluquería. Kant murió el 12 de febrero de 1804, en Königsberg. Al parecer, sus últimas palabras fueron: “Está bien”.


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