El contrato social
- Filosofía
- Moderno
De qué se trata
Una obra fundamental de la democracia
El contrato social de Rousseau es el proyecto original más avanzado de una constitución radicalmente nueva. Es, a la vez, tanto un tratado teórico como un manifiesto político. De hecho, la idea de que un Estado pudiera concebirse como el resultado de un contrato basado en un acuerdo entre socios con iguales derechos albergaba, en ese momento, una enorme fuerza explosiva. Rousseau desarrolla su visión con brillantez argumentativa y consistencia radical. Se basa en la convicción de que toda persona tiene una dignidad natural, el derecho a la autodeterminación e igualdad, lo que no significa necesariamente igualdad material, sino al menos las mismas oportunidades para el desarrollo. Una forma justa de gobierno solo puede surgir cuando los ciudadanos unen sus fuerzas voluntariamente y a partir de un profundo convencimiento. Este llamado a la libertad y la responsabilidad significó una aguda crítica a las condiciones monárquicas existentes, que se caracterizaban por el poder omnipresente del rey y el apoyo que le brindaba la Iglesia católica. En ese entonces, muchas mentes inteligentes hicieron tales críticas, pero principalmente en el lenguaje intelectual y razonable del racionalismo. Rousseau le dio un tono totalmente nuevo al discurso, al insistir en la legitimidad del sentimiento y unir, por consiguiente, la Ilustración con la emoción.
Resumen
Sobre el autor
Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra el 28 de junio de 1712 en el seno de una familia protestante de origen francés. La madre falleció poco después de su nacimiento; el padre, un relojero predispuesto a las fantasías, se preocupaba poco por su hijo y, finalmente, se lo confió a un pastor. Aunque Jean-Jacques no fue a la escuela, aprendió a leer muy pronto y se convirtió, primero, en aprendiz de un grabador y, más tarde, en escribano del tribunal. A los 16 años se fue a correr mundo y, en Saboya, se alojó con la devota madame de Warens, quien influyó normativamente en él y lo convirtió al catolicismo. Rousseau empezó a estudiar en un seminario y con un maestro de música, pero interrumpió ambos estudios. Más tarde se mudó a París, donde vivió con escasez como preceptor y copista de partituras. Frecuentaba los círculos intelectuales y se lio con la sirvienta Thérèse Levasseur, con quien se casó 23 años después. Los cinco hijos que tuvieron fueron entregados por la pareja a un orfanatorio. Durante una breve estancia en Ginebra, recuperó la ciudadanía de la ciudad que había perdido anteriormente. Al mismo tiempo, abjuró del catolicismo. Rousseau se hizo de un nombre mediante sus escritos de teoría social y, entre 1756 y 1762, escribió sus obras más exitosas e influyentes como Julia, o la nueva Eloísa (1761), Emilio o De la educación (1762) y la obra de filosofía del Estado El contrato social (1762). El Parlamento de París prohibió el Emilio por sus puntos de vista heréticos; en Ginebra, quemaron el libro junto con El contrato social. Rousseau, que finalmente rompió con los escenarios intelectuales parisinos y sufría cada vez más de manía persecutoria, reanudó el vagabundeo. Se detuvo en Suiza, Prusia y, por invitación de David Hume, Londres, para finalmente regresar a París bajo el nombre falso de Renou. En 1778 fue huésped del marqués de Girardin en el castillo de Ermenonville, donde murió el 2 de julio. En 1794 sus restos fueron trasladados al Panteón de París.
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