William Shakespeare
El rey Lear
1608
Was ist drin?
Sobre el umbral del dolor, dos hijas malvadas vuelven loco al rey Lear y no solo ellas mueren al final.
- Tragedia
- Era isabelina
De qué se trata
La fuerza bruta del mal
El rey Lear es la más cruel de todas las tragedias de Shakespeare; los sucesos que se presentan son tan terribles que, durante más de 150 años, la obra se representó solo en versiones suavizadas. No solo es el hecho de que le saquen los ojos a alguien en plena escena, sino que Shakespeare tampoco le concede al espectador ningún descanso, ninguna explicación convincente ni consuelo alguno en la descripción elocuente de un dolor tan poderoso que primero le cuesta al rey la razón y, finalmente, la vida… y no solo a él. No se trata tanto de motivos psicológicamente verosímiles, sino más bien de la representación del mal como fuerza bruta, como una errónea creación fatal del mundo. Cuando finalmente los malhechores se enredan en sus intrigas, hacen que los buenos también fracasen. En este caso la lectura permite una inspección más profunda de la existencia humana, y, como reconoce el rey, el hombre, por más humano que sea, no es más que un animal en dos patas.
Ideas fundamentales
- El rey Lear está considerada como la tragedia de Shakespeare más cruel y más difícil de representar.
- Contenido: El anciano rey Lear entrega su reino a las hijas equivocadas; pronto estas atentan contra la vida del rey, por lo que Lear enloquece. La hija menor, la repudiada Cordelia, quiere salvarlo, pero ella misma es víctima de la intriga. Por el dolor que le causa la muerte de Cordelia, Lear muere, al igual que la mayoría de los demás personajes de la obra.
- El drama fue escrito entre 1603 y 1605, el mismo periodo creativo de Otelo y Macbeth.
- Se estrenó en 1606 ante el rey Jacobo I.
- El material se remite a una antigua leyenda inglesa.
- Un motivo importante es la ambigüedad de la locura: en su delirio causado por el dolor, Lear ve al mismo tiempo con más claridad que nunca.
- El destino de Lear se refleja y se generaliza en una trama parelela, la tragedia en torno al conde de Gloster.
- Durante mucho tiempo el texto original no se representó porque se consideraba que era difícil de soportar.
- Las escenificaciones contemporáneas ponen de relieve, sobre todo, lo absurdo de la existencia humana y guardan una afinidad con Becket.
- Cita: “Los humanos somos para los dioses lo que las moscas para los chiquillos traviesos. Nos matan por diversión.”
Resumen
Un rey reparte su reino
Lear, el rey de Bretaña, ha envejecido y quiere ceder la responsabilidad del gobierno. Para ello, ha dividido el reino en tres partes para entregar una parte a cada una de sus tres hijas y sus esposos. Regan está casada con el duque de Cornwall y Goneril, con el duque de Albany. Solo Cordelia, la más joven, todavía es soltera, aunque el rey de Francia y el duque de Borgoña han pedido su mano. Ahora que todos están reunidos en el palacio de Lear, Cordelia debe anunciar su decisión, pero primero el rey les pregunta a sus hijas cuánto lo aman y la respuesta será decisiva para su generosidad. Goneril y Regan declaran con profusión de palabras el amor por su padre. Cordelia, la hija favorita de Lear, también ama a su padre, pero se niega a afirmar que solo este amor tiene lugar en su corazón. Ella no quiere ser hipócrita y responde que su amor corresponde exactamente a la medida adecuada. Si se casa, después de todo también amaría a su esposo. Lear se enoja y no solo le quita su tercera parte del reino, sino que también la expulsa para siempre.
“Amo a vuestra Alteza / Según mi deber; ni más, ni menos””.
El confidente de Lear, el conde de Kent, intenta intervenir a favor de Cordelia, así que el rey también lo destierra. A continuación, les pregunta a los gobernantes de Francia y Borgoña quién de ellos todavía quiere casarse con Cordelia en las nuevas condiciones, es decir, sin dote alguna. El duque de Borgoña se desiste, pero el rey de Francia realmente ama a Cordelia, así que ella se convierte en su reina. Lear cede el poder a sus otras dos hijas; sus únicas condiciones son que él conserve el título de rey y pueda vivir, junto con cien caballeros, alternadamente un mes con Goneril y otro con Regan.
La intriga de un bastardo
Edmond, el hijo bastardo del conde de Gloster, está descontento por su posición desventajosa, mientras que su medio hermano, el hijo legítimo Edgar, tiene todas las puertas abiertas. Al ocultar ostensiblemente una carta, Edmond llama la atención de su padre sobre el documento, supuestamente escrito por Edgar, aunque en realidad la escribió él mismo. La carta contiene un llamado para asesinar juntos al padre. Al pretender dudar de la autenticidad de la carta y proteger a su hermano, Edmond corrobora las sospechas de su padre. Edmond le propone a Gloster que se cerciore de lo que pasa y que escuche, desde un escondite, una conversación entre los hermanos.
“Lo que me niega mi derecho de nacimiento, lo crea mi inteligencia: / todo medio es correcto si se relaciona con el fin””.
Edmond hace creer a Edgar que su padre está montando una calumnia contra él y le suplica que se mantenga alejado del conde por el momento. Cuando Gloster se acerca, finge una pelea falsa con Edgar, luego le dice que debe huir rápidamente y se hiere a sí mismo en el brazo. Cuando aparece el padre, está sangrando y dice que ha evitado el parricidio en la pelea con su hermano y que luego Edgar huyó cobardemente. Gloster toma esto como prueba y ofrece una recompensa por la captura de Edgar. Quiere desheredarlo y nombrar en su lugar a Edmond como heredero. Cuando Edgar se entera de que es una presa fácil, decide disfrazarse de mendigo loco para escapar de la persecución.
Hija desagradecida
Mientras tanto, hay fricciones entre el personal de Goneril, donde Lear vive el primer mes, y la gente de Lear. Goneril le echa en cara a su padre haber golpeado a su gentilhombre por faltas de respeto. Se siente molesta por la estancia de su padre y sus caballeros e incita a sus sirvientes a continuar con su actitud irrespetuosa. Le exige a Lear que reduzca su escolta. El padre reacciona con enojo, maldice a Goneril y parte a casa de Regan, donde espera mayor cordialidad. Por primera vez, se arrepiente de haber echado a Cordelia y teme por su propia cordura.
“¡Soplad, viento, que se rajen las mejillas! ¡Bramad! ¡Soplad! / ¡Escupid vuestras cataratas y huracanes, / hasta anegar el pico de la torre de la iglesia y ahogar el gallo de la veleta! / ¡Sulfúreos relámpagos de fuego, veloces como el pensamiento, / avanzada del rayo que parte los robles, / quemadme las canas”!
Kent se disfraza, cambia su voz y se ofrece a Lear como sirviente porque quiere ayudarlo. Al principio, tiene un altercado por un recado con Oswald, el mayordomo de Goneril, frente al castillo de Gloster. Lo insulta por intrigar contra Lear por órdenes de Goneril. El duque de Cornwal y Regan, que están de visita con Gloster, envían a Kent al cepo, lo cual es una afrenta contra el rey. Las dos hermanas se habían puesto de acuerdo para mantener corto a su padre. Cuando Lear también llega al castillo de Gloster y se queja de Goneril con Regan, ella se pone del lado de su hermana.
“Quien solo tiene pocos sesos, / con pim, pam, pum, con lluvia y viento, / debe ser dócil con el astro de su destino. / Pues la lluvia caerá un día y otro también””.
Finalmente, Lear le pide hospedaje a su hija incluso de rodillas. Goneril llega e insulta a su padre al llamarlo viejo e idiota. Las hermanas intentan reducir los cien caballeros de su padre hasta que finalmente se ponen de acuerdo en que él, en el fondo, no necesita ni uno solo. Lear está fuera de sí de rabia por esta ingratitud. Abandona el castillo. Gloster quiere detenerlo porque se avecina una tormenta, pero Goneril y Regan se lo impiden.
Lear se vuelve loco
Durante la violenta tormenta nocturna, Lear vaga por el brezal enloquecido por el dolor y la ira que le provocaron sus hijas. Lo acompaña su bufón. Kent lo busca y, finalmente, lo encuentra. Por cartas de Cordelia, sabe que Francia ha enviado un ejército a Bretaña, así que envió un mensajero a Dover, donde el ejército tiene que quedarse. Ahí debe informar lo mal que está el rey en casa y pedir ayuda.
“(…) el hombre sin adornos no es mas que un pobre animal desnudo de dos patas” (…)
Gloster lamenta los acontecimientos en torno a Lear. Le confía a Edmond una carta que recibió y en la que le anuncian la llegada del ejército francés. Quiere socorrer al rey, a pesar de que el duque de Cornwall se lo ha prohibido bajo amenaza de muerte. A Edmond le resulta muy conveniente este conocimiento: la caída del padre significa para él el ascenso soñado. Así que traiciona a Gloster, pasándole la carta al duque. Este le ordena a Edmond que entregue a su padre y lo convierte en el nuevo conde de Gloster.
“No tengo camino y no necesito ojos; / cuando veía, tropecé””.
Mientras tanto, Gloster se apresura a buscar a Lear en medio de la tormenta nocturna. Lo encuentra junto con su bufón y Kent en un cobertizo. Casualmente, también está ahí Edgar disfrazado. Representa al loco de manera tan convincente que su padre no lo reconoce. Lear, lleno de compasión, cree que el mismo destino que lo llevó a él a que sus hijas lo volvieran loco ha llevado tan lejos a Edgar. El loco mantiene una animada conversación con el que simula estar loco. Por primera vez, Lear siente compasión por los pobres que están a merced de tales tormentas, sin casa y vestidos con harapos. Reconoce la verdadera naturaleza del hombre: un animal desnudo en dos patas y, por tanto, se quita la ropa.
“Los humanos somos para los dioses lo que las moscas / para los chiquillos traviesos. Nos matan por diversión””.
Gloster lleva a todos a una granja. Tampoco allí, en seco, disminuye la locura de Lear. Hace como si juzgara a sus hijas. Por compasión, a Edgar le resulta difícil permanecer en su papel. Gloster, que otra vez estaba fuera, regresa con la noticia de que las hermanas quieren asesinar a su padre. Arregla que Lear sea llevado a Dover, con el ejército francés.
Padre e hijo unidos sin reconocerse
Poco después, Gloster es capturado por la gente de Cornwall frente a su propio castillo. Cornwall le saca a Gloster un ojo con el pie. Un criado interviene y ataca a Cornwall con una espada, pero Regan lo mata con otra. Ahora Cornwall le saca a Gloster el segundo ojo. Ciego y sangrando, el conde se entera de que Edmond lo ha traicionado. De repente, se da cuenta de que creyó en el hijo equivocado y trató injustamente a Edgar. Cornwall, herido, pone a Gloster frente a la puerta de su propio castillo. Los criados vendan las heridas de Gloster y lo llevan con Edgar, el mendigo supuestamente loco, que debe guiar al ciego a Dover. Edgar está conmocionado por el destino de su padre, pero logra mantenerse en su papel. Gloster quiere que Edgar lo lleve a cierto acantilado cerca de Dover en donde piensa suicidarse. En un campo cerca del mar, Edgar finge que llegaron al acantilado. Gloster se lanza hacia adelante… y cae al suelo. Edgar actúa como si fuera otro que milagrosamente encuentra vivo al caído. Su intención es mitigar la desesperación del padre simulando este milagro. Su plan funciona: Gloster quiere ahora hacerse cargo de su destino.
“El rey está loco. ¡Qué inflexible es mi mente / que sigo en pie y estoy consciente / de mi inmenso sufrimiento! / Mejor sería ser un demente, / mis pensamientos estarían separados de mi dolor / y con falsas fantasías, el sufrimiento / ya no se conocería a sí mismo””.
En el campo, los dos se encuentran con el loco Lear. En momentos de lucidez, Lear se da cuenta de lo que sucedió, pero, por vergüenza, no quiere encontrarse con Cordelia, quien está profundamente afectada por el destino de su padre y el comportamiento de las hermanas. Manda a buscar a su padre.
Edmond y las hermanas
Goneril fue a ver a su esposo, el duque de Albany, para informarle de la llegada de los franceses. Edmond la acompañó y, de paso, inició una relación amorosa con ella. Goneril cavila sobre si eliminar a su marido y, después, casarse con Edmond. Por el momento, ella le da una prenda de amor y lo envía de regreso con su cuñado Cornwall, cuyo ejército él debe dirigir. Sin embargo, su esposo se opone: está consternado por el comportamiento de las hermanas contra su padre y la reprende de manera tremenda, mientras que Goneril lo llama cobarde. De pronto llega un mensajero e informa de la muerte de Cornwall a consecuencia del ataque de un criado. Goneril teme que Edmond pueda gustarle a su hermana viuda… en lo que tiene razón. Entre las dos hermanas se levanta una sospecha de celos.
“He jurado mi amor a las dos hermanas; / cada una desconfía de la otra, como el mordido / de la víbora. ¿Con cuál me quedaré? ¿Con ambas? ¿Con una? / O bien, con ninguna””.
Oswald, el mayordomo de Goneril, aparece en el campo de Dover, encantado de encontrar a Gloster, a cuya muerte Goneril le ha puesto un precio. Sin embargo, Edgar interviene y mata a Oswald. Este tiene consigo una carta de amor de Goneril a Edmond, en la que le pide que mate a su marido en la batalla que se avecina, de manera que no parezca un asesinato. Edgar decide entregarle la carta al amenazado Albany.
“¿Qué? ¿Otra vez cavilando tristemente? El hombre debe soportar / su salida de este mundo igual que su llegada. / La madurez lo es todo””.
Mientras tanto, el ejército británico ha avanzado hasta Dover. En el campamento del ejército, Regan le pregunta a Edmond si tiene una relación con su hermana. Él miente y lo niega. Quiere decidir entre las dos hermanas después de la batalla. Edgar le entrega a Albany la carta delatora poco antes de la lucha.
“Los dioses son justos; y el placer de nuestros vicios / lo usan como instrumento para azotarnos; el lugar oscuro y vicioso donde te engendró / le costó los ojos””.
Cordelia está ahora en el campamento del ejército francés con Lear, que duerme durante mucho tiempo bajo supervisión médica. Cuando despierta, reconoce feliz e incrédulo a su hija, pero no entiende por completo las circunstancias. Mientras tanto, las tropas inglesas avanzan bajo el mando de Edmond.
Una batalla y muchos muertos
Llega la batalla en la que Francia es derrotada por Inglaterra bajo la dirección de Edmond; Lear y Cordelia son capturados. Lear está feliz de reunirse otra vez con Cordelia, incluso en la cárcel. Entre los vencedores surge una disputa por la posición de Edmond. Albany se niega a tratarlo como igual. Regan sugiere que quiere elevarlo al mismo rango casándose con él. Albany, que ahora está informado de la relación entre su esposa Goneril y Edmond, arresta a Edmond por alta traición. Entonces, Regan se queja de náuseas; Goneril insinúa en un comentario que ella le dio veneno.
“Hay que llevar el peso de este tiempo sombrío; / decir lo que se siente, no lo que se debe decir””.
Edgar se presenta sin dar su nombre por el momento y confirma que Edmond es un traidor. Ambos luchan con la espada; Edmond va a dar al suelo. Admite entonces que es verdad todo de lo que lo acusan. Solo ahora Edgar menciona su nombre. Relata que hace poco tiempo también le revelo su identidad a su padre, a quien servía como guía para ciegos y salvador. Gloster no sobrevivió a la avalancha de sentimientos entre la alegría y la vergüenza.
De repente, se anuncia la noticia de que Goneril se apuñaló a sí misma después de confesar que había envenenado a su hermana. Edmond también se está muriendo y, por primera vez, quiere hacer el bien. Pide que envíen rápidamente a alguien al calabozo donde están prisioneros Lear y Cordelia para revocar la sentencia de muerte que dio: Cordelia tendría que ser colgada y debería parecer que se suicidó. Pero entonces llega Lear con Cordelia muerta en sus brazos: es demasiado tarde. Aunque apuñaló a su verdugo, ya no pudo salvarla. Se anuncia la muerte de Edmond y poco después Lear muere de desesperación por la muerte de Cordelia. Albany pone el reino de Bretaña en manos de Kent y Edgar. Sin embargo, Kent está seguro de que pronto seguirá a Lear en la muerte.
Acerca del texto
Estructura y estilo
El rey Lear es una tragedia en cinco actos escrita en una mezcla de prosa y verso. Varias características hacen que la obra sea única entre las tragedias de Shakespeare, incluso en comparación con los dramas Otelo y Macbeth, escritos en la misma época. Por ejemplo, la figura del bufón, que tiene la función de poner delante del rey el espejo de la sabiduría del engaño, tiene un papel mayor, más importante y textualmente más extenso que en las otras obras. Y solo El rey Lear presenta una trama paralela con la tragedia de Gloster en el eje principal. El drama no es tan estricto como otras obras de Shakespeare, con tantos cambios de escena y una abundancia de personajes crea la impresión de una resolución dramática. Ininterrumpidamente, hay noticias aterradoras seguidas de crueldades. El exceso de emociones se descarga en poderosas figuras del lenguaje. Pero en los diálogos entre Lear, Edgar y el bufón, también hay pasajes cómicos, en los que la sabiduría y la gracia se mezclan con la locura.
Planteamientos de interpretación
- Si se mide el héroe del título, Lear, con estándares realistas, su comportamiento parece infantil e ingenuo. ¿Qué rey regala su reino por las lisonjas de las hijas? Pero Lear es una instancia misteriosa, no actúa racionalmente. Su error más grave es que quiere separar la monarquía del poder y repartirla. El poder cae en el abuso y el mundo está fuera de control; Lear tiene que perderse en ese caos.
- Los personajes deambulan por un mundo absurdo de crueldad irracional, en el que ni el mal ni el bien pueden conseguir algo: ambos se van igualmente a pique. El símbolo externo de este mundo confuso es la terrible tormenta que refleja la agitación interna de Lear y el desconcierto de su mente.
- La locura es ambigua: La confusión de Lear como consecuencia de su dolor le permite, al mismo tiempo, ver con mayor claridad que nunca. Se reduce a la humanidad desnuda, por primera vez siente compasión por los demás y reconoce lo absurdo de la aspiración humana ante la limitación de la existencia.
- El destino de Lear no es solo un drama individual, sino que simboliza la trayectoria de la vida y del mundo, lo que escapa a cualquier interpretación. Pero en esto también está la oportunidad de ser cómico: reiteradamente se describe el mundo como el escenario del loco y, desde la visión loca del mundo, desde la suposición del sinsentido, se puede obtener cierto consuelo.
- La tragedia que rodea a Gloster refleja la que rodea a Lear y subraya su mensaje. Así como Lear da crédito a sus hipócritas hijas, Gloster se deja engañar por su hijo ilegítimo. El deslumbramiento de Lear es paralelo a la ofuscación verdaderamente cruel de Gloster. Ambos son rescatados por los hijos repudiados –Cordelia y Edgar, respectivamente– y ambos mueren por el dolor de su sufrimiento inmerecido.
Antecedentes históricos
El final de la era isabelina
Cuando William Shakespeare escribió El rey Lear, Jacobo I tenía poco tiempo de haber asumido el trono y una era notable llegaba a su fin: el reinado de la reina Isabel I. Ella había reinado durante 45 años, de 1558 a 1603. Durante ese tiempo Inglaterra experimentó un impresionante auge político y económico. El país reemplazó a España como la nación naviera más poderosa y se convirtió en una gran potencia europea. La autoconciencia nacional también ayudó a la creciente riqueza material de la burguesía. Londres era una ciudad llena de vida e intelectualmente curiosa con alrededor de 200 mil habitantes, e Isabel fue una gran promotora del arte y el teatro: bajo su reinado los escenarios se convirtieron en lugares de experiencia para amplios sectores de la población. Se dio un verdadero auge teatral acompañado de una competencia artísticamente fructífera entre las compañías teatrales profesionales.
Cuando Isabel murió sin descendencia en 1603, Jacobo, el hijo de María Estuardo, se convirtió en rey de Inglaterra; ya era rey de Escocia desde 1566, un año después de su nacimiento. Él también estaba interesado en lo intelectual: encargó una traducción de la Biblia y permitió que se representaran las obras de Shakespeare en la corte. Pero su reinado en Inglaterra fue considerado difícil. Como representante de una monarquía por derecho divino, tuvo problemas con la cogestión parlamentaria y, sin embargo, supo evitar una escalada importante. En 1605, se descubrió justo a tiempo el llamado Complot de la Pólvora y, con ello, se evitó un ataque al rey y al parlamento en el último minuto.
Origen
El rey Lear se escribió no antes de 1603, pero probablemente a finales de 1604 o principios de 1605. La historia en la que se basa la obra es antigua; fue escrita por primera vez en 1136 en la Historia de los reyes de Britania de Geoffrey de Monmouth. Shakespeare conoció la leyenda del rey Lear en varias versiones posteriores, entre ellas, las Chronicles of England (1577) de Raphael Holinshed, la epopeya La reina de las hadas de Edmund Spenser, así como el drama anónimo The True Chronicle History of King Leir, que se imprimió en 1605, pero ya se había representado en 1594. Los textos más antiguos se centran en Cordelia que, en estas versiones, se quita la vida en el calabozo. Solo el drama del poeta desconocido tiene un final feliz: allí, los franceses ganan la batalla y Lear es reinstalado como rey. Shakespeare agregó recientemente la trama paralela de Gloster.
El 26 de diciembre de 1605 se representó El rey Lear en Whitehall ante el rey Jacobo I; la tragedia se imprimió por primera vez en 1608. La versión incluida en la primera edición completa de Shakespeare de 1623 es 200 líneas más corta.
Historia de la influencia de la obra
No está claro durante cuánto tiempo se representó El rey Lear a lo largo el siglo XVII. En todo caso, desde la Restauración de los Estuardo a partir de 1660, la violenta obra quedó fuera del gusto de la época que estaba más acorde con la moderación clasicista del modelo francés. El rey Lear solo tuvo éxito otra vez en una adaptación de Nahum Tate en 1681, una versión, por cierto, fundamentalmente distinta: Tate suprimió el personaje del bufón, reinstaló al final a Lear como rey e inventó una historia de amor entre Cordelia y Edgar con un final feliz. Así, suavizada de manera muy similar, la obra se representó con éxito durante más de 150 años. El crítico Samuel Johnson era de la opinión de que la muerte de Cordelia, si bien realista, era difícil de soportar para el espectador. Hay que seguir la necesidad humana de justicia. Solo a partir de 1834 se representó nuevamente el texto original completo de Shakespeare. Desde entonces El rey Lear se ha representado con regularidad, aunque con menos frecuencia que otras obras de Shakespeare: la tragedia se considera como un desafío especial en el que incluso los mejores actores y directores pueden fracasar. En puestas en escena más recientes, por ejemplo, la de Peter Brook en 1963, a menudo se destaca la naturaleza apocalíptica, irracional y absurda de la obra, en afinidad con Samuel Becket.
El rey Lear fue filmada muchas veces, entre otros, por el director japonés Akira Kurosawa. Su película Ran (1985) sitúa los acontecimientos en Japón en el siglo XVI, en donde algunos aspectos se adaptaron a las circunstancias modificadas, por ejemplo, en la película las tres hijas se cambiaron por tres hijos.
Sobre el autor
William Shakespeare puede ser designado, sin exageración, como el poeta más ilustre e importante de la literatura mundial. Escribió en total 38 obras de teatro y 154 sonetos. Shakespeare fue bautizado el 26 de abril de 1564 en Stratford-upon-Avon; se desconoce su fecha exacta de nacimiento. Era hijo del vendedor de guantes y alcalde John Shakespeare. Su madre, Mary Arden, provenía de una familia acomodada de la nobleza provincial católica romana. En 1582 se casó con Anne Hathaway, la hija del propietario de una finca, con la que procreó tres hijos: Susanna y los mellizos Hamnet y Judith. En 1590, Shakespeare se mudó a Londres, donde en poco tiempo se hizo de un nombre como actor y dramaturgo. Desde 1594 fue miembro de la compañía teatral Lord Chamberlain’s Men, posteriormente King’s Men; a partir de 1597 fue socio del Globe Theatre, cuya forma redonda se inspiró en el anfiteatro griego; también fue socio del Blackfriars Theatre a partir de 1608. En 1597, adquirió una propiedad en Stratford y supuestamente se retiró de la vida del teatro a partir de 1613. Murió el 23 de abril de 1616. Hay muy pocos documentos sobre la vida de Shakespeare, por lo que su biografía solo puede exponerse de manera fragmentaria. En repetidas ocasiones se han hecho mundialmente conjeturas acerca de que su obra, o parte de ella, procede, en realidad, de otras plumas. Como autores se han mencionado, por ejemplo, al filósofo y estadista Francis Bacon, al dramaturgo Christopher Marlowe o incluso a la reina Isabel I. Sin embargo, nadie ha sido capaz de aportar una prueba contundente para tales hipótesis. Los investigadores actuales, en su mayoría, dan por sentado que Shakespeare es el único y auténtico autor de su obra literaria.
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