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La línea rosa
Libro

La línea rosa

Las fronteras ‘queer’ del mundo

Profile Books, 2021 Mehr


Clasificación editorial

8

Cualidades

  • Revelador
  • Importante
  • Por expertos

Reseña

Con la curiosidad de saber cómo se comparaba su vida como sudafricano gay con la de aquellos que son como él en otros países, el periodista Mark Gevisser pasó años recorriendo el mundo para reunir historias conmovedoras de personas LGBTQ+. Su meticulosa investigación y sus conversaciones íntimas revelaron una Línea Rosa que separa a las personas LGBTQ+ que gozan de aceptación y libertad de aquellas que se enfrentan al acoso, la cárcel y la muerte. En uno de los libros del año de The Guardian y el Financial Times, Gevisser ofrece un recuento innovador sobre cómo la identidad de género y la sexualidad unen y dividen el mundo actual.

Resumen

Las experiencias de las personas LGBTQ+ difieren drásticamente según el lado de la Línea Rosa global en el que vivan.

El 28 de diciembre de 2009, Tiwonge Chimbalanga y Steven Monjeza se comprometieron en una ceremonia en la nación africana de Malawi. La policía detuvo a la pareja por violar la ley de Malawi llamada “conocimiento carnal contra el orden de la naturaleza”. El juez les impuso la pena máxima de 14 años de prisión con trabajos forzados. Chimbalanga afirma que la tomaron por sorpresa porque ella se identificaba como mujer y creía que era heterosexual. Anunció la ceremonia e invitó a la gente a asistir, insiste, porque no tenía ningún pensamiento consciente de que fuera gay. Chimbalanga creía que había nacido mujer pero que, como resultado de una maldición a una edad temprana, se había convertido físicamente en hombre.

Su caso provocó revuelo internacional, que incluyó la petición de su liberación por parte de la cantante de pop Madonna, que había adoptado a dos niños de Malawi. En 2010, el presidente de Malawi cedió a la presión tras una reunión con el secretario general de la ONU y perdonó a regañadientes a la pareja...

Sobre el autor

El periodista, cineasta y graduado de Yale, Mark Gevisser, ayudó a organizar la primera Marcha del Orgullo de Sudáfrica en 1990.