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La rebelión de las masas
Libro

La rebelión de las masas

Madrid, 1929 Mehr

Clásico de la literatura

  • Sociología
  • Moderno

De qué se trata

El malestar respecto al hombre-masa

Aún hoy en día, La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset, continúa generando reacciones diversas. Para unos, el autor español era un refinado filósofo, que en su obra de 1929 ya vaticinaba la llegada de los regímenes totalitaristas. Otros, en cambio, asocian su crítica de la sociedad con la tradición de Osvaldo Spengler. Pero Ortega no fue un antidemócrata sino un idealista decepcionado. Amargado, dio cuenta del ocaso de las democracias liberales de su tiempo: el ideal de libertad e igualdad proclamado en el siglo XIX pasó a ser tomado como algo natural en el siglo XX. Ya sea que se trate del derecho al voto, de la llegada de los automóviles o del progreso en la técnica y la medicina, todos los adelantos de la civilización son asimilados por el hombre moderno como lo haría un niño mimado, sin interesarse por los orígenes o su posterior evolución. Esta crítica sigue siendo válida en la actualidad. Siempre a través de nuevas imágenes y, a veces, con enunciados drásticos, Ortega denuncia la superficialidad, el conformismo y el menosprecio hacia el que piensa distinto. Pero lo cierto es que, de vez en cuando, su afinado diagnóstico de la época se asemeja a las charlas de tertulia: la masa son siempre los otros.

Resumen

Masa no es lo mismo que multitud

Nuestras ciudades y trenes, hoteles y cafés, teatros y cines, están llenos de gente. Sin embargo, desde hace años, la población no ha crecido. Los muchos individuos ya existían antes, pero pasaban desapercibidos, como individuos aislados o en pequeños grupos. El hecho de que ahora entren en escena como masa y se hagan con los mejores puestos de la sociedad, es lo nuevo. La masa no es necesariamente un fenómeno cuantificable: incluso un único individuo puede llegar a ser masa desde el momento en que se identifique con la media y lo mediocre, y no muestre afán alguno por ofrecer nada excepcional.

Mientras que antes la masa permanecía en segundo plano, aceptando el predominio de aquellos dotados de habilidades de gobierno y de ejercer funciones públicas, ahora, en cambio, se sitúa en primera línea de la sociedad. Ocupa lugares, utiliza objetos y disfruta de entretenimientos reservados, hasta entonces, para las élites. A estas últimas les pierde respeto y rechaza seguirlas. Impone sus gustos y deseos a la sociedad, queriendo hacer de la sabiduría de tertulia, su ley. Y aun estando consciente de su propia banalidad, reclama una vigencia ...

Sobre el autor

José Ortega y Gasset nació el 9 de mayo de 1883, hijo de una periodista y nieto de un editor de diarios. Frecuentó un colegio de jesuitas en Málaga y más tarde cursó filosofía en Bilbao y Madrid. Tras licenciarse en 1905, se mudó a Alemania, donde realizó estudios en Berlín, Leipzig y Marburgo, y entró en contacto con el neokantianismo. De vuelta en España, se casó en 1910 con Rosa Spottorno, con quien tuvo tres hijos. Ese mismo año, consiguió una cátedra de metafísica en la Universidad de Madrid, la cual pronto se erigió en un centro intelectual del país. Gracias a su obra Meditaciones del Quijote (1914), Ortega logró ampliar su público lector. Al mismo tiempo, se dedicó a la política y a ejercer el periodismo. Escribió para el diario El Sol y fundó las revistas España y Revista de Occidente. Ésta última divulgaba traducciones de obras de filósofos contemporáneos. Debido a sus discrepancias políticas con el General Primo de Rivera, responsable de instaurar en 1923 una dictadura militar en España, Ortega renunció a la docencia en la universidad, pero continuó dictando conferencias en diversos teatros de la ciudad. En 1929 escribió su obra más famosa, La revolución de las masas y en 1931 fue elegido miembro de la asamblea constituyente de la recién proclamada Segunda República. No obstante, dos años después, resignado, decidió retirarse de la política. Al inicio de la Guerra Civil española, en 1936, abandonó de forma voluntaria el país para pasar los siguientes años en Holanda, Francia y Argentina. En 1943 se instaló en Portugal y dos años después regresó del exilio a su hogar en España. El régimen represivo de Franco le permitió trabajar sólo en asuntos “culturales”, causándole problemas, por lo que publicó muy poco en aquél periodo. José Ortega y Gasset falleció el 18 de octubre de 1955 en Madrid.


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