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Nora o la casa de muñecas
Libro

Nora o la casa de muñecas

Kopenhagen, 1879 Mehr

Clásico de la literatura

  • Drama
  • Naturalismo

De qué se trata

¿Mujer o ser humano?

Ibsen ha negado que su objetivo con Nora o la casa de muñecas fuera un alegato para la “cuestión de las mujeres”. “Ni siquiera me queda claro si se trata en realidad de la cuestión de las mujeres”, afirmó cuando rechazó un homenaje de las feministas. Y sigue: “Para mí, expone también la cuestión de los seres humanos”. Consideraba el contenido feminista de su obra como un ameno producto secundario de su verdadera intención poética, “la descripción de los seres humanos”, como la llamó. En Nora, la protagonista, inicialmente irreflexiva, se da cuenta de que es una persona independiente y no un mero elemento decorativo del proyecto de vida de su insoportable marido. Aunque no estaba totalmente convencido de este cambio en la técnica narrativa, Ibsen satisfizo su ideal artístico con la descripción sumamente viva de Nora y, además, con intención o sin ella, escribió una obra política. Desde el punto de vista actual, el feminismo de Ibsen parece verdaderamente chauvinista. No obstante, corresponde al rudo noruego el mérito de haber fusionado ambas ideas, la cuestión de la mujer y la del ser humano, en una obra de arte imperecedera.

Resumen

Idilio conyugal

En casa del abogado Torvald Helmer están en plena marcha los preparativos de Navidad. Helmer regaña bromeando a su esposa Nora, que una vez más no pudo moderarse con la compra de regalos. Su nuevo puesto como director de un banco de acciones apenas empieza en enero, por lo que, hasta entonces, tiene que seguir siendo ahorrativo. Pero le encanta la ingenuidad de Nora: aunque ha sido madre tres veces, su esposa tiene alma de niña. Ella es su “pequeña y dulce alondra”, su “ardilla”. Ambos se alegran por el año nuevo y la seguridad financiera que acompaña al nuevo trabajo. Helmer le asegura a Nora, además, que en el futuro ya no tendrá que hacer tanto trabajo en la casa. Entonces llega una visita, la sirvienta hace pasar a la señora Linde. Resulta ser Kristine, una vieja amiga de juventud de Nora. Ambas tenían casi diez años sin verse. Kristine se había casado y mudado. Ahora es viuda y quiere volver a echar raíces en la ciudad. Las amigas se cuentan mutuamente sus vidas. La felicidad familiar de Nora contrasta fuertemente con la suerte más bien triste de la señora Linde.

Sombras del pasado

Sin ...

Sobre el autor

Henrik Ibsen nació el 20 de marzo de 1828, como el mayor de cinco hermanos, en la ciudad noruega de Skien. Su padre era un próspero comerciante, pero, en 1835, se declaró en quiebra y la familia tuvo que dejar el lugar. En 1844, Henrik entró a trabajar como aprendiz de farmacia en la ciudad costera de Grimstad. Escribió poesía, así como la obra de teatro Catilina y se preparó autodidácticamente para presentar el bachillerato a fin de estudiar medicina. En 1850, Ibsen se trasladó a la capital, Christiania (hoy Oslo), entró en contacto con el movimiento obrero revolucionario y escribió sátiras. Se publicó Catilina y, en 1852, Ibsen se convirtió en el autor de la casa y director del Teatro Noruego en Bergen.En 1856 se estrenó su obra romántica nacional La fiesta en Solhaug (Gildet paa Solhaug). Un año después, Ibsen se trasladó al Teatro Noruego de Christiania. En 1858 se casó con Suzannah Thoresen y al año siguiente nació su hijo Sigurd. Ibsen se comprometió con el idioma y la cultura noruegas, pero tuvo poco éxito; el teatro quebró y él sufrió problemas económicos. Ibsen se alejó del romanticismo nacional, buscó suerte en el extranjero y se trasladó con su familia a Roma en 1864. El drama Peer Gynt de 1867 es un análisis crítico de las ideas románticas nacionales y se estrenó en 1876, con música de Edvard Grieg, en el Teatro Christiania. En 1868, Ibsen se mudó con su familia a Dresde. En 1874 visitó durante unas semanas su país natal, donde fue recibido con entusiasmo. La familia se mudó a Múnich y, después, otra vez a Roma. En 1879, terminó su obra de teatro Nora o la casa de muñecas (Et Dukkehjem), que fue considerada como un guion para la lucha por la emancipación de la mujer. Dos años más tarde, le siguió Espectros (Gengangere) la cual, debido a su tema provocador, no se representó de inmediato en Europa. En 1891, Ibsen regresó a Noruega. Murió el 23 de mayo de 1906 en Christiania después de una serie de ataques de apoplejía. Recibió un funeral de Estado.


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