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El paraíso perdido
Libro

El paraíso perdido

London, 1667 more...

Clásico de la literatura


De qué se trata

La razón por la que los hombres perdieron el paraíso

El paraíso perdido de Milton es una epopeya de enorme energía dramática, que sopesa los motivos del pecado original y brinda un contexto –la expulsión de Satanás del cielo– y al hacerlo excede el contenido explícito de los correspondientes pasajes bíblicos. Con una compilación barroca de imágenes, la obra, compuesta por más de 10 mil versos, describe los abismos del infierno y de la psicología humana. El texto no ahorra en detalles, ni siquiera a la hora de mencionar la intimidad sexual de Adán y Eva. Las consecuencias de tomar la manzana (y con ello, el conocimiento) aparecen descritas en una escena de teatro del mundo que culmina con la historia de la salvación del Nuevo Testamento. Es posible que la intención principal de Milton haya sido enaltecer a Dios y glorificar su justicia infinita, pero el poema también puede leerse en sentido contrario. Eso es lo que hicieron los románticos y es lo que hacen muchos lectores en la actualidad, menos interesados en los postulados teológicos que en las dicotomías entre la omnipotencia divina y el libre albedrío de los hombres, entre el bien y el mal, entre la aceptación y la rebelión. En otras palabras, la obra abunda en temas siempre actuales, por lo que no sorprende que haya inspirado a muchas generaciones de escritores.

Resumen

Vista al interior del infierno

Satanás, el ángel caído, se rebeló en contra de Dios e inició una guerra en su contra, por lo que Dios lo expulsó del cielo. Fue una estruendosa caída, una caída hacia la nada, hacia el tormento eterno. Y allí está aun hoy, en un desierto oscuro y ardiente. Lo acompaña otro ángel caído: Belcebú. Éste lo insta a no abandonar la lucha contra Dios; después de todo, son inmortales –solo Dios puede matarlos, pero no lo hizo–, y sus fuerzas sobrenaturales les ayudarán. Satanás le da la razón a Belcebú: el tormento eterno en el infierno no es una alternativa aceptable. Es por ello que Satanás convoca a sus tropas de ángeles caídos y los llena de valor. Con una rapidez increíble, construyen un magnífico castillo: el pandemonio. Allí, Satanás conforma su corte.

Satanás va a su segunda batalla

Los demonios debaten sobre la mejor manera de librar una segunda batalla contra el cielo. ¿Es mejor luchar abiertamente o con argucias en contra de Dios? Moloch está a favor de la guerra declarada; después de todo, no tienen nada que perder y la muerte a manos de Dios no puede ser peor que los tormentos...

Sobre el autor

John Milton nació el 9 de diciembre de 1608 en Londres, en el seno de una familia puritana. Ya desde niño dio cuenta de su enorme sed de saber. Entre 1625 y 1629 estudió literatura en Cambridge. Más tarde, con el apoyo de su padre, se dedicó a estudiar por su cuenta los clásicos latinos y griegos. Escribía poemas, incluso en latín y en italiano, muchas veces con contenidos religiosos. En 1638 realizó un viaje de 15 meses por Italia. A su regreso pasó casi 20 años sin escribir poemas. A cambio, se dedicó a escribir textos revolucionarios en apoyo al puritanismo y al Parlamento, en contra de la monarquía y de la Iglesia católica.Durante ese tiempo, se ganó la vida como docente particular y contrajo matrimonio a los 35 años con una muchacha 18 años menor que él. Seis semanas más tardes la abandonó y regresó a la casa paterna. Fuertemente afectado, Milton trató de justificar un divorcio por incompatibilidad de caracteres en un texto que publicó de manera anónima. Tres años más tarde, volvió con su mujer y tuvieron tres hijas. Luego de la ejecución de Carlos I, en 1649, Milton asumió el cargo de Secretario de Asuntos Exteriores para el Consejo de Estado creado por Cromwell. En el marco de la Restauración de 1660 se vio obligado a ocultarse y pasó un tiempo en prisión. En 1666, su casa fue destruida por el incendio de Londres. Afectado, Milton se volcó a Dios y se dedicó a completar sus grandes obras: El paraíso perdido (1667) y El paraíso recuperado (1671). En 1651, quedó completamente ciego, por lo que, de allí en adelante, dependió de sus ayudantes, quienes estaban a cargo de tomar sus dictados y de leerle en voz alta. Milton culpaba el daño de sus ojos a su pasión incansable por la lectura y la escritura desde la niñez. Empobrecido, vendió los derechos de El paraíso perdido por 10 libras. El 8 de noviembre de 1674 murió en Londres como consecuencia de una falla renal. Medio siglo más tarde, se le erigió un monumento conmemorativo en la abadía de Westminster.


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