A los 18 años, Sophie Trelles-Tvede creó un innovador accesorio para amarrar el cabello y lo nombró invisibobble. Desde entonces, su empresa ha vendido más de 100 millones de unidades en 70 países. En esta interesante obra, ella misma relata el proceso de creación de su empresa, desde la fabricación de las primeras pruebas en China hasta las negociaciones con los distribuidores en Estados Unidos. Da cuenta de los numerosos desafíos enfrentados en el camino, como la imitación de sus productos y la gestión de disputas legales por patentes. Su historia muestra cómo la creatividad y la eficacia son esenciales para el éxito de un negocio.
Sophie Trelles-Tvede inventó invisibobble, una goma elástica espirada para amarrar el cabello.
En 2011, a sus 18 años, la danesa Sophie Trelles-Tvede inventó una goma elástica con forma de espiral (similar a un cable de teléfono) para amarrar el pelo. La llamó invisibobble.
A diferencia de otras cintas para amarrar el pelo, el invento de Sophie no provoca dolores de cabeza ni maltrata el cabello. Además, su goma permite peinarse de distintas formas. A Sophie se le ocurrió la idea mientras se disfrazaba para asistir a una fiesta en la universidad. Ella y Felix –su pareja de ese entonces– decidieron producir y empezar a comercializar el producto, aprovechando la experiencia de Felix en el sector de los artículos para el cabello.
Hasta el 2019, Sophie y Felix habían vendido 100 millones de gomas elásticas en 70 países. Al haber creado una palabra para nombrar el producto, Sophie consiguió que este apareciera en primer lugar en las búsquedas de Google. Esto le dio una ventaja competitiva, al menos al comienzo, antes de que aparecieran las imitaciones. Sophie y Felix estudiaban en la Universidad de Warwick, en el Reino Unido. Como estudiantes, podían emprender con...
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