Con frecuencia, tanto las empresas como las personas suelen tener una actitud reactiva hacia los problemas; es decir, que se enfocan en solucionarlos cuando aparecen en lugar rastrear sus orígenes y prevenirlos desde la raíz. Ello es un error que suele tener enormes costos económicos y humanos. En este interesante manual, el investigador del centro CASE de la Universidad de Duke Dan Heath le enseñará una serie de estrategias para detectar los problemas antes de que ocurran y prevenirlos correctamente. El manual expone números casos de intervención temprana que le resultarán reveladores.
Los problemas deben prevenirse.
Para ser más eficientes, empresas e individuos deben mantener una actitud crítica hacia su propio desempeño y procesos de trabajo. Es necesario estar atentos a los problemas poco evidentes para detectarlos y asignarles un responsable. Algunas compañías, por ejemplo, centran demasiado su atención en atender óptimamente las quejas de sus clientes, pero se olvidan de tomar medidas proactivas para reducir el número de tales quejas e identificar su origen. Lo mismo sucede con los sistemas sanitarios que solo atienden las enfermedades, mientras descuidan las estrategias de prevención y promoción de una vida sana.
En ese sentido, hay tres barreras principales que impiden afrontar los problemas a tiempo:
- Ceguera ante el problema – Hay procedimiento, prácticas y hábitos estandarizados que nunca han sido cuestionados a pesar de sus efectos perniciosos, los cuales se consideran normales o intrínsecos. Por ello, se debe mantener una actitud crítica y abierta a fin de detectar problemas escondidos o soslayados. Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos entre jugadores de fútbol americano, por ejemplo, mostró...
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