En 1958, por primera vez, una guía de inversiones se colocó en la lista de los libros más vendidos de The New York Times. Desde entonces, Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios de Philip A. Fisher se ha convertido en un clásico de las finanzas personales, ha educado a estudiantes e influido en los inversores más importantes, como Warren Buffett. Más de medio siglo después de su publicación, los consejos de Fisher sobre hacer la tarea para escoger acciones de crecimiento a largo plazo aun tienen resonancia. getAbstract recomienda este trascendente clásico de las inversiones a estudiantes de negocios, analistas de valores novatos e inversores privados.
Saber cuándo retenerlas
Los inversores compran acciones ordinarias con la esperanza de hacer dinero, pero no deben caer presas de la práctica típica de comprar a la baja y vender al alza. La mejor forma para asegurar retornos sólidos es encontrar compañías ganadoras, o aquellas en camino a ser exitosas, y retener sus acciones a largo plazo, por lo menos 10 años o más. Identificar esas empresas no es fácil, pero ciertamente posible si usted está dispuesto a trabajar arduamente, hacer buenas preguntas y usar todos los recursos disponibles.
La rumorología
Para invertir sabiamente para el largo plazo, identifique compañías que crecerán más rápidamente que sus competidores o más que el mercado en general. Busque empresas con gerentes visionarios y capaces que dirigirán ese crecimiento. No los encontrará mediante el análisis estadístico ni de promedios, sino a través de la rumorología, aquella información que recaba cuando conversa con los competidores, proveedores y clientes de una empresa. La mayoría de las veces, una visión consistente emergerá de estas conversaciones.
Explote más la información de este negocio al entrevistarse...
Philip A. Fisher fundó su firma de inversiones, Fisher & Co., en 1931 y administró inversiones para no más de una docena de selectas empresas a la vez durante cinco décadas.
Comentarios sobre este resumen