La formación y caída de la Unión Soviética es uno de los hechos mundiales más complejos y de más trascendencia histórica. La enorme influencia de este efímero Estado en el desarrollo de los acontecimientos más importantes del siglo XX hace del conocimiento de su historia una obligación para quien quiera comprender la situación política global de la actualidad. En este interesante libro, la profesora emérita de la Universidad de Chicago Sheila Fitzpatrick explica los acontecimientos que definieron el destino de la Unión Soviética y hace un resumen de la historia reciente de la Rusia de Putin.
La Unión Soviética se fundó en 1922, hacia el final de la Revolución Rusa.
A la par de la Revolución Rusa (1917-1923) ocurrieron distintas revueltas en algunas regiones del antiguo imperio de los zares. Tras tomar el poder, los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, formaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922, cuya capital se estableció en Moscú.
Los bolcheviques realizaron reformas que aumentaron la libertad de las mujeres, legalizaron el aborto y el divorcio, separaron la iglesia del estado y abolieron los estamentos sociales. Los bolcheviques eran marxistas internacionalistas que protegían y promovían las identidades nacionales de la Unión Soviética. Su objetivo era el desarrollo industrial y la modernización guiada por el estado.
Los bolcheviques creían conocer el rumbo ineludible de la historia. Para ellos la revolución cumplía una transición social y política inevitable que ya había sido predicha científicamente por el marxismo. No obstante, los eventos que determinaron el ascenso al poder de los bolcheviques del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia fueron principalmente casuales. Su triunfo no significó el triunfo del proletariado...
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