Por lo general, creemos que actuamos en función de la fuerza de voluntad y del libre albedrío. Elegir una carrera, deshacerse de malos hábitos, dejar relaciones tóxicas. ¿Qué pasaría si alguien nos dijera que la fuerza de voluntad no es suficiente y que el libre albedrío en realidad está determinado por la educación y la cultura? Esto es justamente lo que plantea el doctor Benjamín Hardy quien ha dedicado su vida a estudiar el comportamiento humano y la personalidad. En este inspirador libro, el psicólogo establece algunos criterios y estrategias (algunos más viables que otros) para cambiar el contexto determinante y decirle adiós a las eternas luchas internas.
La fuerza de voluntad tiene menos peso que el entorno cuando se trata de encarar retos, metas y decisiones.
¿Quieres comer más sano? Ten fuerza de voluntad. ¿Quieres compaginar mejor tus días laborales y personales? Ten fuerza de voluntad. ¿Quieres dejar de usar las redes sociales? Ten fuerza de voluntad. Este reiterado consejo de múltiples corrientes psicológicas contemporáneas, así como libros de autoayuda, promueve la fuerza de voluntad, como si de verdad esa fuera la única manera de conseguir algo bueno de la vida.
La realidad es que vivimos en una era en donde esa fuerza ya está vencida frente a la exposición constante a la tecnología y los cambios vertiginosos que trae consigo, a la par de nuevas reglas del juego, de la vida y los valores. El mundo ha cambiado más rápido que nunca y pareciera que a los humanos no les queda más que hacerse adictos a la tecnología, la comida rápida, los estimulantes para rendir mejor en el trabajo, los carbohidratos, los azúcares. Nunca antes, la cultura había aceptado abiertamente tantas adicciones.
La humanidad está en modalidad de supervivencia y pareciera que la única forma de ...
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