Capitalismo del desastre
Haciendo una fortuna de la catástrofe
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Reseña
Antony Loewenstein, documentalista y columnista de The Guardian, reporta sobre las personas que lucran con el desastre en forma de guardias de seguridad privada en Afganistán, administradores de prisiones con fines de lucro en Estados Unidos y proveedores de ayuda humanitaria en Haití. Loewenstein describe estos y otros ejemplos de oportunistas que ganan dinero en las catástrofes como manifestaciones de una “economía de Mad Max” que enriquece a unos cuantos afortunados. Los líderes mundiales –y en especial de Estados Unidos– se creen el argumento falso de que el sector privado sabe más y de que las compañías con fines de lucro son mejores que los gobiernos para limpiar después de los desastres naturales, hacer la guerra, mantener prisioneros y crear empleos. La verdad, argumenta Loewenstein, es que los capitalistas del desastre no tienen éxito en esas labores. Maltratan a quienes están bajo su cuidado y cobran de más a sus clientes gubernamentales. Loewenstein, quien se describe como activista, no pretende objetividad y, sin embargo, señala algunos puntos válidos e ilumina los temas de preocupación para lectores de todos los credos políticos. Siempre neutral políticamente, getAbstract recomienda este reporte a inversionistas y diseñadores de políticas que busquen un punto de vista externo sobre la economía del crimen y la calamidad.
Resumen
Sobre el autor
Antony Loewenstein periodista independiente y documentalista, escribe una columna para The Guardian y ha escrito tres libros, incluyendo Lucro de perdición (Profits of Doom).
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