Los hijos en edad adolescente no tienen por qué ser un misterio para sus padres. Al igual que usted, ellos buscan desesperadamente ser queridos y aceptados; libran luchas diarias contra su autoimagen, sus cambios corporales y un mundo en constante cambio. ¿Qué puede hacer usted para acompañarlos en esta época de transformaciones radicales? Al identificar a los adolescentes con los erizos, los autores proponen herramientas e ideas para aproximarse a sus hijos desde un lugar empático y amoroso. Una lectura importante para toda persona que trabaje con adolescentes o necesite una guía práctica para atravesar por situaciones difíciles con ellos.
Los adolescentes son sensibles y hostiles, pero necesitan aceptación y seguridad, como los pequeños erizos.
Los adolescentes humanos guardan ciertas similitudes curiosas con los erizos. Se trata de criaturas nocturnas a las que les gusta explorar, con poca sofisticación en cuanto a sus hábitos alimenticios y con una tendencia a cerrarse en sí mismos cuando se sienten amenazados. Para los padres de familia los adolescentes pueden ser parecidos a erizos, los cuales tienen una enorme necesidad de aceptación, seguridad y atención, pero quienes, a la vez, están recubiertos de púas de colágeno, sumamente puntiagudas. ¿Cómo hacer, pues, para que sus hijos adolescentes se sientan con la seguridad de acercarse a usted?
No se trata de “domesticar” al adolescente, sino de aceptar que durante este periodo de la vida, sus hijos necesitarán mucha distancia para desarrollar su propia personalidad, y también mucha contención, paciencia y cariño. Al igual que con un erizo, es necesario dejar que ellos se aproximen primero, y no desanimarse si saca las púas. No lo hace para atacarlo a usted, sino para defenderse de situaciones que sobrepasan su experiencia.&#...
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