El miedo es parte del arsenal evolutivo de los seres humanos. Su función es dar señales de alerta para protegernos de los peligros potenciales a los que podríamos vernos expuestos. Sin embargo, hoy día, el miedo tiene que ver más con perder un empleo que con luchar contra un tigre dientes de sable. Si alguna vez se detuvo antes de hacer algo que deseaba por causa del miedo, debe saber que no está destinado a ser rehén de sus emociones. La consultora en desarrollo personal y profesional Melania Garbú le mostrará que el miedo tiene un mecanismo predecible y que usted puede intervenir en sus propios comportamientos para aprender a transformar el miedo en un valioso aliado.
El miedo es una herramienta evolutiva destinada a protegerlo.
El miedo es una herramienta poderosa. Desde una perspectiva fisiológica y evolutiva, se trata de una reacción física destinada a disparar el reflejo de lucha o escape. Cuando los ancestros del ser humano se enfrentaban a una bestia salvaje o a las fuerzas de la naturaleza, el miedo los ayudaba a protegerse, a disparar adrenalina y otras hormonas capaces de aumentar o potenciar su fuerza física, o bien a escapar del inminente peligro.
Sin embargo, es poco probable que usted encuentre un oso hambriento en su camino a la oficina; la naturaleza del miedo que sienten los humanos en esta época obedece a otras razones. El miedo puede definirse como una emoción. Y como cualquier emoción, su naturaleza es cambiante y fluctuante. Desde una perspectiva psicológica y de desarrollo personal, nadie puede elegir sus sentimientos y emociones, pero sí puede elegir actuar, o no, en consecuencia.
El miedo es un condicionamiento que puede reacondicionarse.
Aunque el miedo sea parte de las características del ser humano, comprender su funcionamiento puede ayudarlo a vivir una vida donde el miedo no tome...
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