Bram Stoker
Drácula
1897
¿De qué se trata?
El hombre murciélago de Bram Stoker es el vampiro por excelencia. Un clásico de la narrativa gótica basado en antiguos cuentos populares.
- Horror
- Romanticismo
De qué se trata
El muerto viviente más famoso de la literatura
Drácula es un clásico de la novela de terror; quizá el clásico por excelencia de este género. En la obra de Bram Stoker, la figura del vampiro, inspirada en una creencia popular, encontró su forma perfecta. El autor incorpora elementos de antiguas leyendas y tradiciones orales en una novela gótica fascinante. Con gran habilidad, coloca al vampiro de tiempos aparentemente pasados en la época moderna. En el umbral del siglo XX, en una época caracterizada por el progreso científico y técnico, Stoker evoca el mal misterioso, sobrenatural e inexplicable. Y si bien lo hace bajo el formato del romanticismo, como un montaje de diarios y cartas, aun hoy la lectura del libro nos deja sin aliento. La revelación gradual de los muertos vivientes se escenifica de manera tan emocionante como su cerco. Drácula es una especie de texto original a través del cual pudo empezar la marcha triunfal del vampiro hacia el cine y la cultura popular. El hecho de que Stoker aluda discreta pero manifiestamente a las diversas posibilidades de interpretar el mito del vampiro –entre otras, la social y la erótica– contribuye más a la fascinación de la leyenda.
Ideas fundamentales
- Drácula es la creación literaria más famosa del vampirismo.
- Contenido: El abogado Jonathan Harker descubre que, en el castillo del conde Drácula, este se comporta por las noches como un vampiro. Harker sigue a Drácula a Inglaterra, donde el conde busca nuevas víctimas, entre ellas, a Mina, la prometida de Harker. El médico Van Helsing emprende, con un grupo de confidentes, la lucha contra el vampiro. Drácula tiene que huir y es asesinado poco antes de regresar a su castillo.
- Bram Stoker tomó prestado el nombre para el vampiro del cruel príncipe Vlad Tepes (1431-1476), que llevaba el sobrenombre de Drăculea (hijo del dragón).
- Drácula se inserta en la tradición de la novela gótica inglesa, una combinación de terror y romanticismo.
- El auge de tales historias sobrenaturales en la Inglaterra victoriana se puede entender como una compensación por el desencanto provocado por la Ilustración en esa época.
- El erotismo del vampirismo se limita en la novela a insinuaciones sutiles.
- El personaje de Drácula de Bram Stoker suscitó un raudal de historias de vampiros, especialmente en el cine.
- La figura de Drácula se separó desde hace mucho del modelo literario para convertirse en un fenómeno popular. Algunos atributos que se le han atribuido a la figura no se encuentran en la novela.
- Ningún otro libro de Bram Stoker alcanzó una fama tan notable.
- Cita: “Pero tú… eres ahora mía, eres carne de mi carne, sangre de mi sangre, eres de mi familia y, durante un tiempo, mi generosa prensa de vino”. (Drácula a Mina)
Resumen
Un invitado en el castillo de Drácula
El joven abogado británico Jonathan Harker viaja a Transilvania para negociar en nombre de un bufete de abogados de Londres con un conde que está interesado en adquirir una propiedad en Inglaterra. Desde su arribo, a Harker lo llena una sensación desagradable. Antes del viaje al castillo del conde, la dueña de una posada en los Cárpatos le advierte con insistencia que tenga cuidado, pero sin explicar por qué. Acompañado por el aullido de los lobos, Harker llega en un carruaje al castillo en ruinas en medio de la noche. El anciano caballero que está de pie en la puerta, y cuya pálida piel contrasta con su negra vestimenta, es el amo de la casa en persona, el conde Drácula. A pesar de su amable bienvenida, no le agrada a Harker. En los días siguientes, mientras repasa los detalles de la compra de la casa con Drácula, Harker nota cosas extrañas. Por ejemplo, al parecer la imagen del conde no se refleja en el espejo; el conde se enfurece cuando ve gotas de sangre, y, aparentemente, vive sin servidumbre. En una ocasión, Harker lo ve caminar como una araña por la pared exterior del castillo. Su miedo aumenta cada vez más.
“Yo soy Drácula y le doy la bienvenida a mi casa, señor Harker. Pase, el aire de la noche está frío y, seguramente, necesita comer algo y descansar””.
Una noche se presentan en la habitación de Harker tres mujeres seductoras y se acercan a su garganta con dientes afilados. Entonces, aparece Drácula y las detiene. Harker se da cuenta de que, en realidad, el castillo es una prisión. Mientras Drácula prepara su partida hacia Londres, aparentemente Harker no debe salir vivo de las murallas en ruinas. Poco antes de la partida del conde, Harker lo descubre en la capilla descansando en un ataúd. Horrorizado, huye a su habitación. Poco después, con la ayuda de gitanos y con numerosas cajas llenas de tierra, el conde se pone en camino. Harker se queda solo en el castillo y desesperadamente urde planes para huir de las espantosas vampiras.
La figura en el cementerio
La joven Lucy Westenra le escribe a su amiga londinense Mina Murray –la prometida de Jonathan Harker– desde la ciudad portuaria de Whitby y le cuenta que en el plazo de un día, recibió tres propuestas de matrimonio. Si bien aceptará la del joven noble Arthur Holmwood, lamentablemente tiene que rechazar las peticiones igualmente atractivas del neurólogo, el doctor Seward, y del aventurero texano Quincey Morris. En consecuencia, Mina visita a su amiga en Whitby y se da cuenta de que esta es sonámbula.
“La boca, por lo que podía ver bajo el tupido bigote, era fina y mostraba una expresión casi cruel, resaltada por unos dientes blancos extrañamente puntiagudos que sobresalían de sus labios… En general, me llamó la atención su inusual palidez””.
Dos semanas después de la llegada de Mina, una tormenta azota por la noche a la pequeña ciudad. Durante la tormenta, una goleta rusa ingresa al puerto. En la rueda del timón está colgado un hombre muerto, atado con una cuerda y, durante la entrada, un enorme perro salta por la borda y más tarde se pierde su pista. Como se pudo comprobar, el barco estaba cargado con cajas llenas de tierra. Tres días después de la tormenta, Lucy vuelve a caminar sonámbula y llega al cementerio local. Cuando Mina la encuentra allí, ve a una figura pálida y de ojos rojos inclinada sobre Lucy, que está inconsciente. Durante los días siguientes, Lucy va palideciendo y poniéndose cada vez más débil. Además, tiene una extraña herida en el cuello que parece dos pinchazos de aguja. Por su parte, Mina ha estado preocupada porque no ha recibido correspondencia de su prometido, Jonathan Harker, desde hace mucho tiempo. Finalmente, recibe noticias: Harker se encuentra en un hospital de Budapest y ha estado recuperándose allí de una severa fiebre nerviosa. Mina viaja a verlo y se casan en el hospital. Harker le entrega sus notas; todavía no está seguro si los sucesos que asentó en su libreta fueron producto de la fantasía o si realmente los experimentó.
La donación de sangre
La condición de Lucy sigue empeorando. Su prometido, Arthur Holmwood, le pide consejo a su amigo, el doctor Seward. Este, a su vez, acude a Van Helsing, un antiguo profesor suyo, pues la enfermedad de Lucy le parece lo bastante extraña como para discutirla con el experto heterodoxo de Holanda. Mientras tanto, entre los internos de su manicomio, al doctor Seward le llama la atención el paciente Renfield. Come moscas, arañas y pájaros y, de noche, sirve a un “amo” desconocido como un esclavo obediente; parece poder comunicarse con los murciélagos y muestra cambios impredecibles entre convulsiones de violencia, depresión e insubordinación. Van Helsing está muy preocupado por la palidez y el dolor de garganta de Lucy. Sin embargo, no les comunica sus conjeturas ni a su paciente ni al doctor Seward. Por la noche, un murciélago golpea regularmente la ventana de Lucy; en la mañana, ella se queja de sueños aterradores, pero poco claros. Van Helsing y el doctor Seward donan sangre a la debilitada; Holmwood y Quincey Morris hacen lo mismo. Pero ella se sigue consumiendo. Cuando le pide a su amado un último beso, descubre sus dientes afilados, y Van Helsing se interpone con energía. No quiere decir por qué.
Una estaca en el corazón de la novia
Mina regresa a Londres con Jonathan Harker. Ahí se entera con espanto de la muerte de Lucy. A su esposo también lo ataca el horror, pues durante un paseo descubre de repente al conde Drácula entre la multitud. Su conmoción hace que Mina, profundamente conmovida, lea las notas de Transilvania de Jonathan. Poco después, recibe la visita de Van Helsing, que quiere hablar de Lucy con ella. Además, el profesor confirma que el informe de Harker no surgió de un sueño febril, sino que corresponde a la verdad.
“Escúchelos. ¡Los hijos de la noche! ¡Qué música la que entonan”!
Van Helsing se alarma cuando lee algunos artículos de periódico sobre niños que desaparecen por la noche y regresan más tarde a casa con dolor de garganta e informan sobre una misteriosa “mujer de negro”. Intenta con cuidado preparar al doctor Seward para lo increíble: que Lucy ronda por las noches como muerta viviente e inflige heridas a los niños. Los dos hombres pasan la noche siguiente en el cementerio. Abren el féretro de Lucy: está vacío. Cuando regresan al día siguiente, encuentran nuevamente el cadáver. Van Helsing le explica al atónito doctor que Lucy fue asesinada por un vampiro y ahora ella misma se ha convertido en vampira. Para liberarla del hechizo, debe ser asesinada ritualmente… por segunda vez. Al día siguiente, Van Helsing y el doctor se reúnen con Holmwood y Morris, que están horrorizados por los planes del doctor. No obstante, los cuatro acuden al cementerio por la noche y atrapan a Lucy en flagrante delito: está empezando a beber la sangre de un niño. Siseando de rabia, se enfrenta con los hombres, pero al mismo tiempo trata de seducir a su novio con palabras dulces. Cuando Van Helsing interviene con el crucifijo, desaparece en la cripta familiar, donde los hombres la buscan al día siguiente. Holmwood clava una estaca de madera en el corazón de su novia para liberar a su alma no muerta. Cuando su rostro se relaja, finalmente puede darle el último beso tan largamente esperado. A continuación, separan la cabeza del tronco y llenan la boca con ajos. Los cuatro hombres juran no descansar hasta haber atrapado al conde Drácula.
Comienza la cacería
Primero, los caballeros se confían con Jonathan y Mina Harker. Todos los participantes se comparten sus diarios y notas. En una reunión, los seis participantes, dirigidos por Van Helsing, resumen los hallazgos clave del caso Drácula. Al final de la sesión, Van Helsing decreta, con el consentimiento de los hombres, que –a pesar de su perspicacia, elogiada por todo el mundo– Mina sea excluida de futuras deliberaciones y actos, para protección de su alma. Esa misma noche, los hombres se disponen a inspeccionar la casa que Drácula adquirió en Londres; pero antes, visitan el psiquiátrico para ver a Renfield, el paciente del doctor Seward, quien intenta obtener su liberación inmediata con toda su habilidad retórica. Al parecer, tiene buenas y poderosas razones, pero se niega a revelarlas, por lo que su solicitud es denegada. En la asquerosa y apestosa capilla de la mohosa propiedad de Drácula, los hombres encuentran 29 de las 50 cajas de arena enviadas por el conde a Inglaterra. Es probable que las otras cajas las haya dispuesto Drácula en otra parte para tener lugares alternos de descanso en caso de persecución. Cuando, temprano por la mañana, Harker regresa a su casa, encuentra a su esposa sorprendentemente pálida.
La sangre del vampiro
Los hombres encuentran otra casa propiedad de Drácula y hacen planes para irrumpir en ella. Si, con ayuda de la sagrada hostia, logran en unos días que todas las cajas del conde no puedan ser utilizadas por el vampiro, este se verá acorralado. Mientras tanto, Renfield sufre heridas graves en su celda. Al parecer, provienen de Drácula, que se venga de su sirviente caído. Antes de morir, Renfield revela al doctor Seward y a Van Helsing que, mientras tanto, Drácula ha atacado a Mina. Los doctores corren a casa de los Harker y encuentran a Drácula en la habitación de Mina: el vampiro tiene presionada la cabeza de la joven contra su pecho y la obliga a beber su sangre. Jonathan está aturdido a su lado. Con un crucifijo, Van Helsing logra expulsar al vampiro, pero su sangre puede actuar en el cuerpo de Mina como un veneno latente y llevarla bajo la influencia del conde. Los hombres, consternados por el ataque de Drácula, tienen ahora que compartir nuevamente toda la información con Mina. Por su parte, ella está decidida a quitarse la vida si debe perder su alma a causa del vampiro. Se da cuenta dolorosamente que ya está marcada cuando Van Helsing trata de protegerla con una hostia que le quema la frente como una plancha ardiente.
“Siento que el terror de este horrible lugar me está dominando. Tengo miedo, mucho miedo, ¡y no hay salida para mí”!
Durante el día, los hombres colocan una hostia en un total de 49 cajas de arena que localizan en las casas del conde. Finalmente, encuentran al propio vampiro. El intento de derrotarlo fracasa debido a sus poderes sobrenaturales. El conde escapa riéndose burlonamente y los hombres regresan a casa. A la mañana siguiente, el funesto intercambio de sangre entre Mina y Drácula tiene un efecto secundario positivo: bajo hipnosis, la joven puede establecer un enlace con el paradero del conde. Sus vagas impresiones permiten concluir que el vampiro se ha embarcado nuevamente y viaja protegido por su última caja.
El final en Transilvania
Al día siguiente, los hombres averiguan qué barco zarpó en dirección al Mar Negro y dónde amarrará. Planean dirigirse por tierra firme y sellar la caja de Drácula desde el exterior con un ramo de rosas silvestres antes de que el conde pueda salir. Mina viajará con ellos, pues bajo los efectos de la hipnosis, puede ser útil para localizar al vampiro y, además, en compañía de los hombres, puede resistir mejor la fuerza magnética de Drácula. Los viajeros llegan unos días antes que el barco a Varna, su puerto de destino. Pero, sorprendentemente, este llega a otro puerto. Cuando Mina y los hombres le dan alcance, no queda ningún rastro de Drácula. Los perseguidores suponen que el conde quiere regresar primero a su castillo. La información de Mina bajo hipnosis indica que Drácula se encuentra otra vez sobre agua, presumiblemente navegando uno de los ríos de los Cárpatos que lo acerca a su castillo. Los perseguidores se separan. Harker y Holmwood siguen a Drácula río arriba en un barco de vapor, mientras que el doctor Seward y Morris lo siguen por tierra. Finalmente, Van Helsing y Mina se dirigen al castillo directamente, por la antigua ruta que siguió Jonathan.
“Era como si toda la horrorosa criatura estuviera saciada con sangre. Yacía ahí como una horripilante sanguijuela, agotada por el hartazgo””.
Cuanto más se acerca Mina al castillo, más impredecible se vuelve y menos exitosa resulta la hipnosis. Con el castillo a la vista al caer la noche, solo con la ayuda de un círculo de migas de hostia Van Helsing puede evitar que las tres vampiras con las que antes tropezó Harker se abalancen sobre los viajeros. A la mañana siguiente, Van Helsing deja a la exhausta Mina bajo la protección del círculo y se marcha solo al castillo. En la capilla, encuentra los tres ataúdes con las muertas vivientes. Se resiste a su visión seductora y les clava en el corazón la mortal estaca salvadora. Después, con la ayuda de otra hostia, inutiliza el propio ataúd de Drácula. Se apresura a volver con Mina; los dos buscan protección contra el inicio de las nevadas en una cueva. Desde allí, observan a un grupo de gitanos que se acerca con un carro que transporta una caja y a cuatro jinetes que siguen el carro. Morris, el doctor Seward, Harker y Holmwood obligan a los gitanos a detenerse. Se produce una pelea. La caja de Drácula cae del carro. Mientras se pone el sol, Harker y Morris abren a toda prisa el ataúd. De repente, Drácula se levanta con ojos brillantes, pero los cuchillos de Morris y Harker lo alcanzan en la garganta y el corazón. De inmediato, se desintegra en polvo. Quincey Morris resulta herido en la pelea con los gitanos y muere con la reconfortante certeza de que, con la muerte de Drácula, también ha desaparecido la marca en la frente de Mina.
Acerca del texto
Estructura y estilo
Drácula es un ejemplo tardío pero clásico de la novela gótica inglesa, una mezcla de historia de terror y romanticismo. Stoker utiliza el principio de composición de la novela epistolar o diario del siglo XVIII y lo relaciona con un tema de terror muy conocido: el vampiro. El libro completo consta de las notas de los personajes de la trama. El autor ordena cronológicamente en su mayoría los elementos narrativos individuales; la acción sigue un flujo continuo. La parte principal del libro se apoya en las notas de los que son conscientes del horror, a saber, Jonathan y Mina Harker, así como el doctor Seward. En cambio, casi no hay informes de Van Helsing, el experto en vampiros. Sus conocimientos son revelados por Stoker de manera indirecta –a través de las notas de otros– y muy dosificada. Estilísticamente, los diarios y las cartas de los distintos personajes son muy similares. En ocasiones se deleitan con éxtasis románticos, pero por lo general retratan el horror de manera realista, lo que contribuye a la autenticidad de la impresión.
Planteamientos de interpretación
- El auge de las novelas de terror en la Inglaterra victoriana puede interpretarse como una reacción a la desilusión de la época provocada por la Ilustración. En Drácula, Stoker presenta el motivo ancestral de los muertos vivientes en una sociedad moderna donde la ciencia parece haberse impuesto frente a la superstición. Esto ofrece una indirecta ironía contra el racionalismo: de repente, los defensores del progreso parecen ingenuos, porque no dejan que nada vaya más allá de su positivismo.
- A pesar de su protagonista sobrenatural, Drácula es un elogio a la razón. El grupo de seis en torno al especialista en vampiros Van Helsing logra avanzar en su búsqueda del conde principalmente mediante una planificación detallada y un minucioso análisis de la situación. Incluso los contratiempos apoyan esta tesis: se deben sobre todo a lagunas arbitrarias dentro del análisis razonable.
- La novela de Stoker describe una imagen ambivalente de las mujeres. Mina Harker, que al principio se presenta como una novia cariñosa y una esposa fiel, evoluciona en una personalidad fuerte que no solo se ocupa de la tecnología moderna, sino que también posee una mente especialmente sistemática. No obstante, sus colegas masculinos la excluyen en repetidas ocasiones. Stoker muestra las consecuencias fatales de esta exclusión, pero, al mismo tiempo, se mantiene dentro del marco del modelo tradicional.
- El componente sexual del vampirismo también se trata de manera ambigua. Stoker describe muy sugerentemente el poder seductor de las mujeres vampiro. No solo el joven Jonathan Harker, sino también el viejo Van Helsing, están a punto de sucumbir a la tentación. Finalmente, huyen o matan lo que los excita. Por consiguiente, el vampirismo también se puede interpretar como un símbolo de la lujuria reprimida dentro de la sociedad victoriana.
- El modelo vampírico, según el cual una fuerza maligna le roba la sangre al ser humano, ha llevado a interpretaciones políticas, racistas y psicológicas. Drácula puede personificar tanto al extranjero en general como el principio capitalista y demás. Las numerosas interpretaciones definen el carácter universal del modelo del personaje literario de Stoker.
Antecedentes históricos
El periodo tardío de la época victoriana
La llamada era victoriana caracterizó al siglo XIX en Gran Bretaña. La reina Victoria ocupó el trono desde 1837 hasta su muerte, en 1901. Hacia el final de su mandato, el reino se había convertido en un Estado industrial moderno. Al mismo tiempo, seguía siendo un imperio que continuaba aferrado al sistema de clases y al colonialismo. Las tensiones sociales dentro de la sociedad –pobreza creciente y un movimiento obrero cada vez más fuerte, por un lado, así como el orgullo de casta y una inmensa riqueza empresarial, por el otro– se vieron eclipsadas por una moral tradicional inspirada en la religión, cuyas figuras simbólicas eran la reina Victoria y su esposo, el príncipe Alberto. Si bien los ideales éticos y la etiqueta social parecían inamovibles, la ciencia y la filosofía dieron grandes saltos. En 1859 Darwin publicó El origen de las especies, que puso en duda suposiciones básicas, así como religiosas. El método científico se estableció como una alternativa progresista para muchas formas de creencia no verificables. Las reformas educativas aseguraron también la participación cada vez mayor del proletariado en el sistema escolar. La creciente alfabetización y el surgimiento de la prensa masiva promovieron la sociedad del conocimiento y crearon, además, un nuevo mercado para la literatura popular.
Origen
Drácula no es solo la obra más famosa de Bram Stoker, sino también la única que el autor preparó meticulosamente durante años. El primer esbozo data de 1890. En ese entonces, la novela todavía se llamaba Los muertos vivientes. Poco después, Stoker descubrió en una obra histórica al príncipe medieval Vlad Tepes (Vlad el Empalador, 1431-1476), que llevaba el sobrenombre de Drăculea (hijo del dragón) y era famoso por su crueldad. Stoker tomó prestado el nombre tradicional para el proyecto de su novela, sin saber más detalles sobre el Vlad histórico. En otros aspectos de su investigación fue más escrupuloso. Los detalles geográficos del viaje de Jonathan Harker a Transilvania coinciden exactamente con las características reales, aunque Stoker nunca viajó a Europa del Este. El autor también examinó a fondo los detalles médicos, técnicos e incluso lingüísticos. En cuanto a la figura del vampiro, Stoker consultó varios estudios sobre la superstición correspondiente. Aunque muchos elementos del personaje de su novela los tomó de los atributos tradicionales, otros provienen de su imaginación, como la necesidad de Drácula de descansar en el ataúd con tierra de su lugar de origen. Stoker no solo se inspiró en tradiciones folclóricas, sino también en precursores literarios. En el transcurso del siglo XIX ya habían aparecido en el Reino Unido varias historias exitosas de vampiros, entre ellas, El vampiro, de John Polidoris (1819) y Carmilla, de Sheridan Le Fanu (1871). También el teatro había experimentado la moda de los dramas de vampiros en la década de 1820. El propio Stoker acarició la idea de elaborar una versión teatral de su obra. Drácula apareció siete años después de la concepción inicial en junio de 1897, en una edición de tres mil ejemplares.
Historia de la influencia de la obra
Las reacciones al libro de Stoker fueron mixtas. En ningún lugar se consideró una sensación literaria y, hasta su muerte en 1912, no le generó al autor ingresos notables. Solo con el transcurso del tiempo se convirtió en el clásico cuyo título es hoy sinónimo del vampiro. Su popularización se debe sobre todo al cine, aunque, en su mayoría, el argumento de la novela se adaptó muy libremente. La primera versión cinematográfica fue Nosferatu, una sinfonía del horror, de Friedrich Wilhelm Murnaus, en 1921, aunque inicialmente los productores no quisieron reconocer ninguna conexión con el libro. En la adaptación cinematográfica más antigua de Hollywood de 1930, Bela Lugosi representó al conde y creó la primera imagen impresionante de Drácula. Más tarde se le unió Christopher Lee, que personificó al vampiro por primera vez en 1958 y representó el papel en otras siete películas. Las películas de vampiros, a veces con referencia a la novela de Stoker y otras sin ella, se convirtieron en un amplio subgénero de las películas de terror, que pronto también dio lugar a parodias como La danza de los vampiros, de Roman Polanski (1966).
El interés literario en el libro de Stoker floreció por primera vez en la década de 1970. Desde entonces, se analiza con especial atención el subtexto sexual de la novela. Después de docenas de versiones cinematográficas, Drácula se ha convertido en un icono de la cultura popular, aun cuando la mayoría de los vampiros contemporáneos ya no se modelan según la imagen del conde. En vista de que la historia original se quedó cada vez más olvidada en el curso de numerosas adaptaciones, Francis Ford Coppola declaró que su película Drácula, de Bram Stoker (1992) estaba muy apegada al libro. En la literatura, las Crónicas vampíricas de Anne Rice (desde 1976) son consideradas como la continuación más interesante de este género fantástico.
Sobre el autor
Bram Stoker nació el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf, cerca de Dublín. Fue el tercero de siete hijos de una familia burguesa de funcionarios públicos. Durante los primeros siete años de su vida padeció diversas enfermedades, casi no podía caminar solo y, con frecuencia, debía permanecer en cama. Mientras tanto, su madre le contaba historias fantásticas. El abundante reposo en cama lo convirtió tempranamente en un niño reflexivo con gran capacidad imaginativa. A los ocho años se recuperó por completo. Pudo entonces ir a la escuela y, más tarde, cuando era estudiante en el Trinity College de Dublín, incluso recibió elogios como atleta. En 1870 ingresó a la administración de justicia de Dublín como funcionario. Paralelamente, escribía críticas de teatro sin remuneración para el Dublin Evening Mail y publicó sus primeras historias cortas. En 1876, después de la publicación de una crítica positiva, conoció al popular actor británico Henry Irving. Dos años más tarde, después de la boda de Stoker con la conocida belleza Florence Balcombe, Irving le pidió que fuera el gerente del Lyceum Theatre, que había adquirido en Londres. Stoker aceptó, se mudó con su esposa a Londres y ocupó el puesto de gerente del teatro de Irving hasta la muerte del actor, en 1905. En la víspera del año nuevo de 1879, nació Noel Irving, el único hijo de Stoker. En 1881 apareció Under the Sunset, el primer volumen de relatos de Stoker y, en 1890, su primera novela, The Snake’s Pass. Al mismo tiempo, el autor comenzó los trabajos preparatorios para Drácula. Aun así, su libro más conocido no le permitió vivir únicamente de la escritura. Después de la muerte de Irving, Stoker publicó en 1906 un volumen con recuerdos del actor, y le siguió, en 1911, su última novela, La madriguera del gusano blanco. Murió en 1912 en Londres, en condiciones modestas.
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