Hace 500 años, Nicolás Maquiavelo escribió El príncipe, un manual sobre el poder interpersonal y la intriga política. La autora Stacey Vanek Smith demuestra que las reglas de Maquiavelo para los hombres ambiciosos funcionan para las mujeres en el lugar de trabajo moderno. Nora Ali y Bruce Shapiro entrevistan a Smith en el pódcast “Business Casual” de Morning Brew sobre la atemporalidad y el sentido práctico de los consejos de Maquiavelo para las mujeres que navegan por la política empresarial actual.
Maquiavelo escribió El príncipe en el siglo XVI como un manual para los príncipes que querían hacerse con el poder y mantenerlo.
Nicolás Maquiavelo ocupaba un poderoso cargo en Florencia, parecido al de secretario de Estado, hasta que la familia Médici tomó el poder. Confiscaron todas sus propiedades y su dinero, lo encarcelaron, torturaron y echaron de Florencia. Escribió El príncipe como un mensaje al jefe del clan Médici con la esperanza de que lo contrataran, a pesar de que había trabajado para sus rivales. El plan de Maquiavelo resultó contraproducente. Lorenzo Médici afirmó que nunca había leído El príncipe y la Iglesia católica prohibió su posesión. El consejo de Maquiavelo, de 500 años de antigüedad, suena cierto hoy en día porque, a pesar de lo mucho que ha cambiado el mundo, la naturaleza humana no lo ha hecho. En los tiempos modernos, los hombres blancos son, en términos maquiavélicos, como “los príncipes herederos del lugar de trabajo”, y las mujeres son aspirantes a conquistadoras.
Para los príncipes herederos, la vida es bastante fácil. Nadie cuestiona su autoridad; representan...
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