Las compañías modernas buscan constantemente mejorar el liderazgo de sus equipos. Existen muchos manuales sobre el tema y numerosos planes de formación, pero la mayoría tienen la desventaja de que prestan poca atención al aspecto humano y emocional de los equipos, lo que es un error, ya que las empresas se componen en esencia de personas que se relacionan entre sí. En este interesante manual, el especialista en gestión del talento Roberto Luna le enseñará las razones por las que es fundamental que los líderes aprendan a manejar sus emociones y valorar las de sus colaboradores.
El talento de una compañía debe cuidarse y reconocerse.
Las empresas deben ser capaces de reconocer puntualmente el talento en sus equipos para gestionarlos. Si un profesional no se siente reconocido en su trabajo, abandonará la empresa. Por ello, el reconocimiento debe expresarse de manera puntual. El líder debe mantener un contacto cercano con su equipo, individual y grupalmente. En promedio, los jefes de equipo deberían pasar al menos la mitad de su tiempo con su personal y asegurarse de que las expectativas de trabajo de la empresa coinciden con las expectativas de la fuerza laboral.
Los directores deben ser capaces de entender el mundo cognitivo y emocional de sus colaboradores, tal y como son, sin intentar amoldarlos a sus propias estructuras y expectativas. Asimismo, deben asegurarse de que los talentos de sus equipos corresponden a las necesidades de la compañía.
Los líderes deben mantener una actitud de aprendizaje permanente.
El aprendizaje constante es uno de los requisitos para mantenerse vigente en el entorno laboral actual. No actualizarse equivale a volverse obsoleto y perder competitividad. Los profesionales deben...
Comentarios sobre este resumen
El líder debe ser auténtico para que logre influir en sus colaboradores y así poder ganarse la confianza de sus colaboradores, deber ser congruente.
Se debe conciliar eficientemente entre la vida laboral o profesional y personal, ya que sacrificar el descanso u ocio puede ser contraproducente, como líder debemos ayudar a que los colaboradores alcancen ese equilibrio personal y laboral, pero desafortunadamente a veces incidimos para que esto no suceda.