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Los persas
Libro

Los persas

Atenas, 472 v. Chr. más...

Clásico de la literatura

  • Tragedia
  • Antigua Grecia

De qué se trata

Una antigua lucha de culturas

Cuando Esquilo escribió Los persas en 472 a. de C., la batalla naval de Salamina, de la cual trata la obra, ya había ocurrido ocho años antes. No solo fue inusual su elección de un tema histórico contemporáneo en lugar del mítico habitual, sino también su implementación: Esquilo narra la guerra desde la perspectiva de los enemigos derrotados, los persas, que, según la versión de la obra, habían provocado la ira de los dioses al cruzar el estrecho entre Asia y Europa. En lugar de celebrar el triunfo, Esquilo invita a sus contemporáneos a ponerse en el lugar de sus adversarios derrotados. Al mismo tiempo, hace que la pequeña polis ática, que había logrado destruir al ejército persa numéricamente superior, brille con esplendor. Aquí no solo chocan dos estados, sino también dos culturas políticas incompatibles: la democracia contra el despotismo, los atenienses amantes de la libertad contra el gigantesco imperio persa con su monarca reverenciado como dios a la cabeza. Sobre todo, desde este punto de vista, la obra sigue siendo fecunda en la actualidad.

Resumen

Salida hacia la guerra

El consejo de ancianos del gran rey persa, representado por el coro, informa sobre la campaña persa contra los griegos: hombres jóvenes de todo el país han abandonado sus hogares y seguido el llamado del rey persa Jerjes para someter a Grecia. A caballo, en barcos y a pie se trasladan allí, forman un ejército enorme, aterrador, invencible y lleno de espíritu de lucha. Con mirada ardiente, el soberano impulsa a sus hombres para cumplir el antiguo destino de los persas: ir a la guerra. Los hombres salieron en masa como un enjambre de abejas, dejaron solas a sus mujeres enlutadas y cruzaron el estrecho entre Europa y Asia.

El sueño de Atosa

El corifeo saluda respetuosamente a Atosa, la madre de Jerjes y viuda de Darío, que llega en un carruaje con un gran cortejo y lujosamente vestida. Preocupada por su hijo, ha dejado el palacio real en Susa. También le preocupa el bienestar del país que Darío construyó ahora que no hay hombres que lo defiendan. En su angustia, le pide al consejo de ancianos que le indique lo que debe hacer.

Después de que el corifeo le ha asegurado la lealtad del...

Sobre el autor

Junto con Sófocles y Eurípides, Esquilo es uno de los tres grandes poetas de la tragedia antigua. Como sucede con muchas personalidades de la Antigüedad, se sabe poco acerca de su vida. Se conocen algunos detalles a partir de las comedias de Aristófanes, cuyas anécdotas muy probablemente son exageradas o incluso inventadas. Esquilo nació en 525 a. de C. en Eleusis, como hijo del noble Euforión. A los 25 años participó por primera vez con una tragedia en las Dionisias Grandes (o Urbanas). En total escribió alrededor de 90 obras para la competencia de poetas, la cual ganó al menos cinco veces. El trabajo del poeta trágico fue más allá del de un autor: Esquilo era poeta, director, coreógrafo y, a menudo, actor. Se han conservado completas siete de sus obras: Los persas, Los siete contra Tebas, Las suplicantes, Prometeo encadenado, Agamenón, Las coéfares y Las euménides. Con frecuencia, Esquilo ha sido considerado como el primer verdadero poeta de la tragedia. Según Aristóteles, revolucionó el teatro al utilizar dos actores en lugar de solo uno, lo que permitió diálogos más dinámicos. Además de su trabajo como dramaturgo, Esquilo también se involucró en asuntos de Estado: en 490 a. de C. participó en la batalla de Maratón y, en 480 a. de C., en la de Salamina. En ambas batallas, los griegos combatieron contra los persas. Desde 468 a. de C., apareció en Atenas Sófocles, el competidor más importante de Esquilo, y le causó algunas derrotas. Esquilo también representó sus obras fuera de Atenas. En 456 a. de C., murió en uno de esos viajes, en Gela, Sicilia. Según la leyenda, lo mató una tortuga que arrojó un ave de rapiña para romperla sobre su cabeza calva.


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