Hacer que la gente cambie de opinión no es fácil, ni siquiera cuando es la propia. Según el estratega del cambio Michael McQueen, esto se debe a que todo ser humano posee dos mentes: la inquisitiva y la instintiva. Esta última es menos racional y tiende a llevar la voz cantante. Con base en ideas de diversas disciplinas, McQueen desentraña los factores fundamentales que dan forma a las creencias de las personas. Ofrece herramientas prácticas que puede utilizar para agudizar su poder de persuasión y ayudar a sus colegas, amigos y familiares “atascados mentalmente” a adoptar nuevos puntos de vista y oponerse a la tendencia moderna a la hiperpolarización.
La gente se “atasca mentalmente” cuando su pensamiento se vuelve rígido debido a la inflexibilidad mental o al agobio.
Si quiere influir en las personas para que cambien de opinión, le ayudará saber por qué tan a menudo no lo hacen. Incluso cuando las personas poseen conocimientos que deberían hacerles cambiar de opinión, e incluso cuando desean adoptar un nuevo punto de vista u opinión, les puede resultar difícil. Este estado de estar “atascado mentalmente” no refleja ninguna falta de inteligencia o perspicacia, sino inflexibilidad mental, una rigidez en el pensamiento que puede obstruir una buena toma de decisiones. Estar expuesto a un volumen abrumador de información, como lo está la gente hoy en día, puede exacerbar esta condición y llevar a los individuos a confiar en su instinto visceral o en el pensamiento tribal.
En el hiperpolarizado mundo actual, la obstinada adhesión a opiniones preexistentes se ha convertido en algo endémico. Como resultado, la capacidad de influir en la toma de decisiones de los demás se ha convertido en una habilidad cada vez más codiciada.
El cerebro tiene dos modos de pensamiento: lento y lógico, y rápido...
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