No estoy gritando

Supere las creencias autolimitantes y entre en su autenticidad y poder.

Gran parte de su sentido de la identidad se formó probablemente en la infancia. Cualquier creencia autolimitante que interiorizara de niña seguirá moldeando su vida adulta y su trayectoria profesional, a menos que tome medidas para cambiarlas. Por ejemplo, si sus padres le instaron a “ser vista y no oída”, es posible que se sienta cohibida al hablar como adulta.

Si es usted una mujer negra, es posible que la gente la haya tratado como una amenaza durante su infancia, enseñándole a encoger su verdadero yo y a parecer tan anodina y modesta como sea posible. Esos comentarios pueden llevarla a “cambiar de código” –es decir, a ajustar su forma de hablar para amoldarse– en el trabajo, para que las personas blancas se sientan más cómodas. Tal vez minimice sus gestos y modifique su voz. W.E.B. DuBois, el autor de Las almas de la gente negra, describe cómo el cambio de código conduce a tener una “doble conciencia”: usted está viendo perpetuamente su identidad a través de los ojos de una sociedad blanca, con el arraigado racismo que ello conlleva...