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Por qué el tiempo vuela
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Por qué el tiempo vuela

Una investigación no solo científica

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Clasificación editorial

9

Cualidades

  • Analítico
  • Científico
  • Revelador

Reseña

El tiempo es uno de los pilares de las sociedades humanas, pero intentar definirlo implica entrar en un laberinto donde la ciencia y el pensamiento cuestionan sus propios límites. El lenguaje cotidiano sería indescifrable sin referencias al pasado, al presente y al futuro. Desde las reflexiones filosóficas de Aristóteles y San Agustín hasta la explicación del reloj interno de los organismos vivos, pensar en el tiempo es un ejercicio que estimula la imaginación y la reflexión sobre el tiempo de vida. El escritor y editor de divulgación científica Alan Burdick lo llevará a un viaje por los sistemas de referencia temporal de la humanidad para tratar de responder a la pregunta que ha obsesionado a poetas y científicos: ¿Adónde va el tiempo perdido? 

Resumen

El tiempo es una propiedad del lenguaje difícil de definir.

¿Qué es el tiempo? La pregunta ha intrigado a la humanidad desde el inicio de los tiempos. Pero incluso al entrar en el tema con este juego de palabras, es claro que definir el tiempo resulta bastante problemático. Al revisar algunas teorías científicas y filosóficas sobre el tiempo, usted se dará cuenta de que todas tienen en común la necesidad de entender el tiempo a partir de alguna referencia. Así pues, verá que el reloj es una referencia que permite medir el paso de ese “algo” indefinible que es el tiempo; lo mismo que los calendarios o la “noción del tiempo”, referencia de carácter psicológico.

Al pensar en el tiempo puede notar que este corre, se mueve o cambia constantemente. El lenguaje popular contiene numerosas expresiones que revelan este carácter inquieto del tiempo: “el tiempo vuela”, por ejemplo. Del mismo modo, para decir que el tiempo es algo valioso, se dice que “el tiempo es oro”. El tiempo existe, antes que en otro sitio, en el lenguaje.

El primer filósofo que se preguntó seriamente por el tiempo fue Agustín de Hipona, que pasaría a la historia del pensamiento con...

Sobre el autor

Alan Burdick ha sido redactor de la revista The New Yorker, de la cual actualmente es editor de la sección de divulgación científica.


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