Existen problemas en la vida que no tienen una solución sencilla viable. Son aquellos que los seres humanos tienen dificultades para asumir porque buscan resolverlos desde una perspectiva de costo y beneficio, tal como lo hacen con los problemas simples y cotidianos. Russ Roberts, economista e investigador de la Universidad de Stanford, explica en este libro los aspectos que deben tenerse en cuenta ante situaciones complejas por las que todas las personas deben pasar en algún momento. A partir de ejemplos bien conocidos, conduce al lector por un modelo de pensamiento muchas veces ignorado que no solo es más profundo, sino también esencial para el desarrollo humano.
Los problemas complejos de la vida no pueden medirse ni compararse.
Hay problemas en la vida que no tienen una solución clara donde sea fácil discernir entre lo correcto e incorrecto. Estos problemas implican tomar una decisión que muchas veces define la integridad y la esencia de las personas. Además, cada una de ellas ve la situación que estos problemas plantean desde una perspectiva diferente. Esto quiere decir que lo que funciona para uno no necesariamente tiene que funcionar para otro.
Los seres humanos tienen una tendencia natural a hacer comparaciones. De esa manera eliminan la ambigüedad que puede representar un problema complejo reduciéndolo a algo concreto y objetivo y simplificándolo de manera tal que se dejan de tener en cuenta sus características esenciales. En la práctica, tienden a enumerar las ventajas y desventajas ignorando los aspectos positivos de aquello que no conocen y enfatizando los negativos. Cuando esto sucede, tiene que ver más con los sentimientos de la situación presente de la persona que con lo que el problema verdaderamente implica.
Las decisiones sobre estos problemas deben tomarse considerando el desarrollo personal...
Russ Roberts es economista e investigador en la Institución Hoover de la Universidad de Stanford. Cuenta con una extensa trayectoria en el ámbito económico, además de otros libros y artículos de su autoría.
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El principio es el orden y el final son los buenos resultados.