Aunque existen muchos libros sobre las competencias de un buen líder, pocos se enfocan específicamente en las que se requieren para ejercer el cargo de director ejecutivo; menos aún son los libros que definen estas competencias a partir de la experiencia propia de los profesionales que ocupan esa posición. En este interesante estudio, el especialista en dirección estratégica de recursos humanos Fernando Troilo expone los resultados de su investigación al respecto. El autor entrevistó a varios directores ejecutivos de empresas multinacionales en Argentina a fin de entender cuáles son las competencias básicas requeridas por el puesto, cómo se adquieren y cómo son determinadas por el contexto y la cultura de la empresa.
El director ejecutivo, o CEO, debe cumplir funciones y responsabilidades específicas inherentes a su cargo.
El director ejecutivo de una subsidiaria o filial es la autoridad formal que conduce la organización. Es el encargado de interpretar los riesgos y las oportunidades del ámbito local, a partir de los cuales construye recursos y capacidades en tanto que contribuye y participa activamente en la estrategia global de la empresa de la que es representante legal y embajador.
Su rol y tareas están determinados por diversos factores, como el ambiente político y económico, el sistema financiero y legal y la infraestructura para la distribución. En años recientes su rol se ha vuelto similar al de un empresario que colabora en equipos multidisciplinarios y es un intérprete entre dos culturas. Ciertos investigadores señalan que la agenda de los directores ejecutivos incluye estrategias, prioridades, objetivos y planes que van más allá de los planes formales de las empresas y que se proyectan a un plazo mayor.
Al iniciar su gestión, los objetivos y planes de sus agendas no están conectados explícitamente y se definen a partir de la información que obtienen de otros actores...
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