Un experimento de dos años y 50 millones de personas para cambiar nuestra forma de trabajar
La oficina nunca fue de talla única. Lo era para algunos, con la esperanza de que todos los demás encajaran de alguna forma.
Reseña
Meses después de trabajar a distancia, una directora de proyecto recibió por fin el ascenso y el aumento de sueldo que se le habían negado antes de la pandemia de COVID-19. Trabajar desde casa permitió a los líderes evaluar su trabajo, pero no sus habilidades sociales. La reportera del diario The New York Times Emma Goldberg revela que muchas personas prefieren la flexibilidad del trabajo a distancia, la ausencia de desplazamientos y la nula presión por encajar en la cultura social de la oficina, aunque pueda retrasar los ascensos. La pandemia cambió la creencia de la gente de que, para tener éxito, deben trabajar muchas horas y estar disponibles constantemente. A medida que las empresas piden al personal que regrese, se enfrentan a la presión y a las renuncias de quienes prefieren insistentemente hacer el solo trabajo, sin preocuparse por tener que ir la oficina.
Resumen
Sobre la autora
La reportera del diario The New York Times Emma Goldberg analiza cómo cambiará el trabajo en el futuro.
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