Debido a la pandemia, muchos empleados trabajan ahora desde casa y para colaborar deben reunirse a distancia. Los coautores Karin M. Reed y Joseph A. Allen explican la mejor manera de organizar las reuniones virtuales. Curiosamente, Reed y Allen nunca se han reunido cara a cara, pero realizaron su coautoría de forma virtual, una prueba concreta de lo bien que pueden funcionar las reuniones a distancia y la colaboración en línea cuando se unen todos los elementos.
Las empresas dependían de las reuniones presenciales, pero ahora la mayoría son virtuales.
El COVID-19 ha supuesto una revolución que envió a la gente a casa para trabajar en relativo aislamiento. Todo se ha vuelto virtual. La pandemia ha alterado radicalmente la forma en que la gente se conecta, colabora y se reúne.
Las reuniones sirven para muchos propósitos; pero ahora, cuando los oficinistas ya no comparten el mismo espacio, no pueden aparecerse en las oficinas de los demás para actualizar las agendas y discutir eventos recientes. En consecuencia, se llevan a cabo más reuniones para ponerse al día y compartir información.
Las reuniones consumen menos tiempo que antes y cuentan con menos participantes.
Incluso cuando se celebran reuniones cara a cara, las sesiones se han vuelto más cortas, al igual que las reuniones por teléfono y video. Las reuniones en persona pueden tardar menos porque se requiere de cubrebocas y a la gente no le gusta, por lo que tiende a apurar las reuniones cara a cara lo más posible.
Investigaciones indican que en las reuniones –presenciales, telefónicas...
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