Estudios indican que en la era digital las personas están cambiando en qué confían y la forma de hacerlo. La automatización puede facilitar la vida, pero, como advierte la experta en confianza Rachel Botsman en esta presentación del Aspen Institute, hay que evitar transferir las decisiones relacionadas con la confianza a la tecnología. Botsman explica que, a medida que disminuye la confianza institucional en las grandes empresas, la gente vuelve a apostar por la “confianza distribuida” entre los individuos. Quienes deseen entender los fundamentos de la confianza de los clientes disfrutarán de esta animada presentación.
No hay crisis de confianza; las interacciones actuales reflejan los cambios de la era tecnológica.
La experta en confianza Rachel Botsman explica que en la era digital la confianza está pasando de las instituciones a los individuos. La gente confía menos en las grandes empresas, los gobiernos y los grupos religiosos y traslada sus creencias y su confianza a otras personas.
Muchas piensan que la confianza es algo que pueden crear si realizan determinadas acciones, o creen que es un valor. Pero no se puede crear confianza; es algo que la gente da, a menudo, a personas equivocadas.
Los padres de Botsman contrataron una vez a una niñera a través de un anuncio en The Lady, una publicación inglesa de la alta sociedad. La mujer hablaba con acento escocés, llevaba gafas y decía pertenecer al Ejército de Salvación. Todos estos atributos eran señales de confianza, el tipo de indicadores que la gente utiliza para calibrar la fiabilidad de alguien. Al cabo de 10 meses, la niñera desapareció. Más tarde, la familia se enteró de que dirigía una de las mayores operaciones...
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