El profesor de marketing Joseph Turow escribe sobre un padre que se enteró del embarazo de su hija adolescente cuando Target envió por correo a su casa ofertas de ventas relacionadas con la maternidad. ¿Cómo la tienda pudo saber que su hija estaba embarazada antes que su familia? Turow informa que EE.UU. ha entrado a un mundo nuevo de marketing, en el que los minoristas pueden reunir y analizar cantidades sin precedentes de información personal sobre los compradores. El libro es una mirada fascinante, y a veces aterradora, a los avances en la vigilancia del mercado, así como a la manera en que los minoristas preparan a los clientes para aceptar niveles cada vez mayores de intrusión. getAbstract recomienda su informe a mercadólogos, minoristas, consumidores y defensores de la privacidad.
La nueva vigilancia
A principios del siglo XXI, las tiendas físicas minoristas tradicionales se dieron cuenta de que tenían que modernizar su modelo empresarial para sobrevivir. Tenían que reproducir en el mundo real el seguimiento y direccionamiento de las tiendas en línea. Necesitaban explotar sus bases de datos para “discriminar” entre clientes, es decir, identificar a los compradores más provechosos para poder enviarles directamente publicidad y ofertas personalizadas. Tales iniciativas requerían un nuevo nivel de vigilancia e intrusión en la vida personal de los consumidores. Pero primero, las tiendas tenían que conseguir que los clientes se sintieran cómodos con este tipo de seguimiento para que aceptaran que proporcionar información privada a los minoristas es una parte normal de su compra.
Clientes iguales
El saber del marketing minorista a lo largo del siglo XX sostenía que todos los clientes podían esperar un tratamiento igualitario. Antes de la llegada de las tiendas departamentales en los años 1800, los compradores regateaban. Los clientes no sabían si estaban obteniendo el mejor trato o no.
A mediados del siglo XIX, los minoristas...
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