El planeta se enfrenta a amenazas existenciales, afirma el líder del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, en colaboración con Peter Vanham, en este aleccionador análisis: la Tierra se está calentando, los ricos son cada vez más ricos y la política se polariza cada vez más. Sin embargo, Schwab y Vanham también creen que la humanidad puede superar sus crisis actuales si líderes empresariales y políticos cambian su mentalidad por un pensamiento más a largo plazo. Los autores ofrecen una serie de propuestas intrigantes, pero quizá sus argumentos a favor de una mayor sindicalización y diversidad podrían no convencer a algunos de los más tradicionalistas.
La economía mundial está atrapada en una paradoja.
Las economías nunca han estado tan desarrolladas ni han sido tan prósperas como ahora. Lujos y comodidades antes impensables son ahora habituales. Pero al mismo tiempo, la desigualdad se ha vuelto más pronunciada.
A principios de la década de 1970, el crecimiento económico mundial se disparó hasta el 6 %; en años posteriores, la media fue superior al 4 %. Desde 2010, el crecimiento ha sido más moderado, pero los gobiernos y los consumidores han aumentado su deuda. Durante las crisis, como la pandemia del COVID-19, los gobiernos aprueban grandes paquetes de estímulos que aumentan aún más los niveles de deuda. Si se combina un elevado endeudamiento con una escasa inflación –sobre todo en Europa y Japón–, la carga de la deuda se hace más pesada.
Las diferencias de riqueza e ingresos amenazan con desestabilizar las sociedades.
Simon Kuznets fue un economista de origen ruso que emigró a Estados Unidos y ayudó a crear el concepto de producto interno bruto. Sin embargo, señaló que el PIB era una métrica limitada en cuanto a su capacidad para establecer una política económica...
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