De acuerdo con el escritor Joe Davis, cuando los líderes de alto nivel se comportan con sangre fría, crueldad o venganza, ese ethos se extiende peligrosamente a la sociedad a todos los niveles, incluido el lugar de trabajo común. El también director gerente y socio sénior del Boston Consulting Group afirma que los empleados que siguen afectados por las luchas de la pandemia, especialmente aquellos de niveles de ingresos menores, son ahora conscientes de que pueden elegir dónde trabajan y en qué circunstancias. Hoy en día, los líderes políticos y empresariales deben practicar la compasión y la empatía para formar conexiones genuinas con las personas que dirigen. Davis ofrece tanto una filosofía de liderazgo sólida como una guía práctica para convertirse en un líder generoso.
Conviértase en un líder generoso.
Tradicionalmente, el liderazgo es descendente y se deriva del trabajo que se tiene que entregar. El trabajo que cada empresa considera como entregable depende de la organización y sus objetivos. Por ejemplo, las corporaciones buscan maximizar el rendimiento para los accionistas. Los gobiernos aspiran a posibilitar el crecimiento y la prosperidad. Las organizaciones benéficas se esfuerzan por aumentar la recaudación de fondos para poder cumplir sus fines filantrópicos. Bajo el modelo de liderazgo transaccional, los líderes presionan para alcanzar la cima de su sector con productos o servicios excelentes y un enfoque implacable en la eficiencia y las ganancias.
La nueva forma emergente de liderazgo generoso no tiene nada que ver con la generosidad económica. Los líderes generosos buscan beneficiar y desarrollar a las personas que trabajan para ellos. Ese desarrollo puede permitir que alguien consiga un ascenso o encuentre una nueva orientación profesional. Los líderes generosos promueven el crecimiento personal y profesional de sus empleados, buscando beneficiarles a ellos y a su organización de forma honesta y transparente...
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