Desde que Thomas D’Eri y su padre, John, abrieron Rising Tide en 2013, la cadena de lavado de autos se ha convertido en una de las de mayor volumen de Florida, con una tasa de retención cinco veces superior a la de sus competidores. D’Eri comparte su fórmula para el éxito: poner a los empleados ante todo y ofrecerles funciones laborales claras, procesos eficientes y gerentes empáticos y organizados. El 80 % de los empleados de D’Eri son autistas. Al abordar las necesidades de su singular plantilla, D’Eri superó numerosos retos de gestión del talento que afectan a muchos negocios.
Diseñe procesos eficaces y coherentes y funciones de los empleados claramente definidas.
En 2012, John D’Eri, padre de Andrew D’Eri, un niño autista, y su otro hijo, Thomas D’Eri, fundaron el lavado de autos Rising Tide y lo dotaron casi en su totalidad de trabajadores autistas. Actualmente, hasta uno de cada 44 infantes es diagnosticado con autismo. El negocio de D’Eri, con tres locales en Florida, tiene éxito gracias a su inusual plantilla, no a pesar de ella.
Thomas y John diseñaron procesos herméticos para sus trabajadores. Los fundadores inventaron herramientas y sistemas para que su funcionamiento fuera eficaz, coherente y rentable. Reconocieron que una plantilla de empleados neurotípicos podría no necesitar tales sistemas, pero creen que cualquiera se beneficiaría de procesos similares.
Los empleados neurotípicos prosperan en una cultura de claridad, pero pueden funcionar sin ella; los trabajadores autistas necesitan más estructura. Los líderes de empleados autistas deben hacer las cosas que los directivos deberían hacer para que cualquier plantilla supere la mediocridad. Rising Tide ideó una fórmula de gestión del talento que ofrece lecciones...
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