Atrás quedaron los tiempos en los que demostrar sensibilidad en un trabajo estaba mal visto. Se está experimentando un cambio social en el que la salud mental es muy importante para llevar una vida más plena y evitar el dolor que genera reprimir los sentimientos debido a la presión del entorno. James Routledge se apoya en su experiencia para explicar cómo iniciar el camino hacia la salud mental en el trabajo y mejorar la productividad de las empresas y la calidad de vida de sus trabajadores.
Todas las personas deben ocuparse de su salud mental.
La salud mental tiene que ver con los estados de la mente y los sentimientos que se generan como consecuencia. La falta de conversaciones sobre la misma produce un desconocimiento generalizado que lleva muchas veces a tener miedo o dificultad para abordarla. Es importante que, en una sociedad cada vez más dinámica, comience a hablarse sobre ella para que las personas eviten reprimir sus emociones y vivan de una manera más plena tanto en sus trabajos como en sus vidas personales.
Existe un concepto preconcebido generalizado en los entornos de trabajo que hace ver como débiles a aquellas personas que demuestran ciertas emociones. Durante mucho tiempo, esto fue el motivo por el que muchos trabajadores guardaran silencio y reprimieran sus sentimientos mientras sufrían o pasaban por situaciones incómodas.
Es necesario dejar de etiquetar las emociones como buenas o malas, ya que lo malo realmente sería reprimirlas por lo que los demás puedan pensar. Ninguna persona está exenta de verse afectada en su salud mental y es por eso que todos deben ocuparse de ella, aunque hacerlo requiera de valentía.
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