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Su correo electrónico no constituye mi emergencia
Artículo

Su correo electrónico no constituye mi emergencia


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Clasificación editorial

8

Cualidades

  • Aplicable
  • Elocuente
  • Interesante

Reseña

“Disculpe el retraso…” se ha convertido en una forma habitual de comenzar un correo electrónico en la cultura empresarial. Pero, ¿están justificadas estas disculpas? En este elocuente artículo de opinión, el psicólogo organizacional Adam Grant explora el valor de establecer límites en su relación con la bandeja de entrada. Después de todo, señala Grant, la mayoría de los correos electrónicos no son realmente urgentes e incluso si lo fueran, argumenta, una respuesta poco rápida no debería provocar automáticamente sentimientos de culpa. Para evitar el agotamiento endémico en la actual cultura del trabajo “siempre conectado”, la gente tiene que empezar a valorar más la calidad de una respuesta que su rapidez.

Resumen

En la actual cultura del trabajo “siempre conectado”, la gente se siente culpable cuando no responde inmediatamente a los correos electrónicos.

¿Cuántas veces ha recibido una respuesta a un correo electrónico, o ha escrito una usted mismo, que empezaba así: “Disculpe el retraso”? Esta frase se ha vuelto omnipresente en la cultura laboral actual de “estar siempre conectado”. Suena cortés, pero disculparse por lo que, en la mayoría de los casos, es un plazo de respuesta perfectamente razonable refuerza la noción problemática de que todo el mundo debe estar disponible para asuntos relacionados con el trabajo en todo momento.

Los seres humanos no están hechos para la capacidad de respuesta a escala. En la época predigital, la gente solo tenía que tratar con los miembros de su lugar de trabajo, comunidad...

Sobre el autor

Adam Grant es colaborador de opinión en The New York Times. Es psicólogo organizativo en Wharton, autor del libro Think Again y presentador del pódcast de TED Re:Thinking.


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