A prueba de cambios

Anticipe los cambios constantes en su vida.

El cambio constante se ha convertido en parte de la vida de las personas. La incertidumbre genera ansiedad en los individuos. En el pasado, a menudo se podía atribuir el estrés y la ansiedad a acontecimientos importantes pero puntuales, como un nuevo trabajo, una relación fallida o la aparición de un problema de salud. Uno sortea esos cambios, crea un plan B. Ahora, además de esos macroeventos, uno se encuentra constantemente con pequeños contratiempos en su trabajo, con sus hijos o sus relaciones. Esos microcambios no se pueden planear con antelación ni tampoco se pueden evitar. Cultive una mentalidad que fluya con la incertidumbre que ofrece la vida para encontrar oportunidades en la disrupción. Para ello, debe desarrollar la resiliencia.

Mucha gente cree que ser resiliente equivale a luchar contra el estrés y regresar a como era su vida antes de la disrupción. Sin embargo, la resiliencia adquiere un nuevo significado ante el cambio constante y la incertidumbre, incluso ante cambios positivos, ya que estos también provocan estrés. En lugar de resistirse al cambio y tratar de aminorar la incertidumbre...