“El público ha perdido la paciencia con las empresas que tratan mal a la gente, perjudican el medio ambiente sin preocuparse por las consecuencias y forran de dinero a sus altos ejecutivos, mientras los contribuyentes pierden sus casas y sus empleos”. Eso dicen los autores Andrew Benett, Cavas Gobhai, Ann O’Reilly y Greg Welch. La gente pide que las compañías contribuyan al bien mundial. Las empresas que se rehúsen dañarán su reputación y, a la larga, sus ganancias netas. getAbstract recomienda este libro idealista a quienes harían realidad “el surgimiento de la corporación consciente” – o, por lo menos, a quienes quisieran hacerlo.
“Personas físicas”
Hasta fines del siglo XIX, por ley, las empresas de EE.UU. debían actuar en favor del bien público o corrían el riesgo de perder su constitución. Una nota aparentemente inocua en la transcripción de un caso de la Corte Suprema en 1886 cambió todo. El taquígrafo judicial J.C. Bancroft Davis anotó que el presidente de la Corte Suprema, Morrison Waite, comentó que la corte asignaría a las empresas los mismos derechos que a las “personas físicas”. El resultado del comentario, aunque no era un dictamen formal, fue que las empresas obtuvieron los mismos derechos que los ciudadanos, incluyendo “el debido proceso, la privacidad y la libertad de expresión”. Esto permitió a las empresas buscar utilidades sin restricciones gubernamentales. “A las grandes empresas se les han concedido muchos de los derechos y los privilegios de los seres humanos sin que necesariamente adopten conciencia o costumbres humanas”. Según una encuesta de Gallup del 2007 sobre confianza del consumidor, la fe de la gente en la Gran Empresa ha llegado al punto más bajo de la historia. Hay varios factores que han creado una “ventana única de oportunidad” para que las compañías se asuman como...
Andrew Benett, Cavas Gobhai, Ann O’Reilly y Greg Welch escribieron The Future of Men, Buzz y Next: Trends for the Near Future.
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