Fredmund Malik, un experto austriaco en gestión, destroza gran parte de la práctica común de las grandes corporaciones sin parecer enojado, sino solo un poco cascarrabias. ¿La opinión de Malik sobre las reuniones? Deshágase de ellas. ¿Las evaluaciones del desempeño? Tonterías. ¿Las pláticas motivacionales de los directivos con el fin de crear entusiasmo? No pierda su tiempo. Malik hace agujeros en la sabiduría convencional y ofrece alternativas de sentido común. getAbstract recomienda su guía a los directivos a quienes les gustaría reconsiderar las prácticas ordinarias. La edición original, publicada en alemán, se considera un clásico de la gestión.
Concéntrese en las fortalezas
Con demasiada frecuencia, los directivos hacen énfasis en las debilidades de los trabajadores. Los directivos de recursos humanos pretenden identificar las debilidades de los trabajadores y enseñarles cómo superarlas. Las deficiencias provocan errores y un desempeño mediocre. Las debilidades son fáciles de encontrar, pero difíciles de eliminar. Pregunte a un directivo sobre su personal y oirá una letanía de deficiencias de los empleados. Para ser un directivo eficiente, deje de quejarse de las deficiencias de sus empleados y de tratar de solucionar sus debilidades. Concéntrese, en cambio, en sus fortalezas. Asigne a los trabajadores tareas en las que son buenos y harán un trabajo de primera. Pocas personas son lo suficientemente afortunadas para ser multitalentosas. Los grandes músicos, artistas y atletas tienen talento en un solo ámbito.
Un buen jefe identifica las debilidades solo para saber qué tipo de asignaciones debe evitar dar a un trabajador. El directivo eficiente encuentra la caseta del timonel de un trabajador y mantiene al empleado concentrado en tareas en esa zona de excelencia. Un coach de atletismo no pensaría en...
Comentarios sobre este resumen