Sarah Beaulieu, consultora y formadora en temas relacionados con el lugar de trabajo, hizo un gira de dos años para conocer y entender cómo la gente habla sobre la violencia sexual. Entrevistas con líderes, expertos en acoso y violencia sexuales, y hombres y mujeres de diversos orígenes la llevaron a crear una guía de cinco puntos para orientar a la gente sobre conversaciones en el lugar de trabajo que necesitan sostener a raíz del #MeToo.
Un ambiente de trabajo seguro y productivo requiere una nueva competencia: la capacidad y voluntad de entablar conversaciones incómodas.
Uno de cada dos transexuales, una de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres han sufrido abusos o agresiones sexuales. En 2018, un estudio de Pew encontró que, debido al reciente enfoque cultural sobre el acoso sexual, el 51% de los hombres no estaban seguros de cómo interactuar con las mujeres en el trabajo. Un estudio de junio de 2016 realizado por la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos (EEOC, por sus siglas en inglés) encontró tasas de acoso sexual de hasta 85% en algunas industrias. Es probable que el abuso o la violencia sexual influya en su lugar de trabajo aunque nadie hable de ello abiertamente.
Las conversaciones sobre abuso sexual son incómodas y a menudo impredecibles, pero evitarlas no conduce al cambio. Es probable que haya sido testigo de desastres legales, financieros o de relaciones públicas surgidos a partir de una conducta sexual inapropiada en el lugar de trabajo. La pérdida de productividad derivada de trabajar en un entorno inestable o inseguro...
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