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Cómo empezó

Tomio Taki fue el mayor de cuatro hijos de una acaudalada familia en Japón. Durante la segunda guerra mundial, a los diez años de edad, Taki tuvo que huir de su hogar para unirse a niños de diversas clases sociales en la ardua experiencia de un campo de evacuación, donde aprendió lecciones que lo acompañaron toda la vida, como trabajar con otros y que todo problema tiene una solución, y empezó a desarrollar un fuerte sentido de confianza en sí mismo. Después de una breve época en un internado, asistió a la Universidad Keio, donde jugó en el equipo de básquetbol y aprendió de su entrenador tres importantes lecciones que aplicó a su carrera empresarial:

1. “Flexiona las rodillas antes de saltar” – Debe prepararse para poder enfrentar los retos inesperados que puedan presentarse.
2. “Si no conoces a la competencia, ganar es imposible” –. Aprenda todo lo que pueda sobre su oponente para elaborar la mejor estrategia.
3. “Sin perdedor, no hay vencedor” –. Aun las personas más talentosas y trabajadoras pierden; eso forma parte de la vida.

Después de la universidad, Taki empezó como aprendiz...